El padre, compositor, y la madre, cantante, se conocieron cantando y conformaron el dueto Pampa y cielo. Tuvieron tres hijos, David, Julián y Juanito, que también se enrutaron en los caminos de la música. David conoció los bambucos con ellos. Cuando era niño aprendió de clásica con el violín y se apasionó por el rock y el metal en la adolescencia. En compañía de Juan Carlos Chengo, Javier Torres y su hermano Julián Rivera creó la banda Tenebrarum.
En 2011, con su amigo de dueto en The Violines, transformó el rock de los 80 en un formato instrumental en el que el violín hace las veces de voz y guitarra líder. “Como músicos estamos en la obligación de reinventarnos para poder seguir en este mercado”, expresó.
A finales de septiembre de este año se le ocurrió ponerle rock a los villancicos como Tutaina, Zagalillos y Vamos pastorcitos, y así sacó su primer álbum de este tipo, titulado Villancirock.
La intención de esto, explica él, es mostrarle a la gente que “existe música antes y después del reguetón. “Ya sacamos el primer disco en noviembre y vamos a seguir buscando villancicos tradicionales para darles un ropaje moderno que le toque la fibra a la gente, los enrumbe, les muestre otras opciones, los emocione y que les haga pasar un rato muy agradable o muy feliz”.
El violín lo acompaña.