Mientras sus demás rivales casi que se arrastraban para arañar la cumbre de Lucena, Nairo Quintana, en plena pared, corría en su bicicleta con la frescura de un niño.
Parado en pedales y en solitario, el colombiano parecía como si estuviera entrenando, o mejor, compitiendo contra sí mismo. Nadie pudo contestar a su soberbio ritmo.
Tras cruzar la meta se echó la bendición, un gesto de gratitud al Altísimo por darle tal premio en el día de su cumpleaños 27.
El Cóndor, como es conocido el boyacense, volvió a hacer gala de sus condiciones para volar no solo por el triunfo en la etapa reina -la cuarta- de la Vuelta a la Comunidad Valenciana, sino al convertirse en el virtual campeón de la prueba española.
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En el recorrido de 180 kilómetros entre Segorbe y Lucena, con cinco puertos de por medio, el último de ellos con rampas hasta el 23% de desnivel, Quintana se exhibió en su terreno predilecto, la montaña, para imponerse luego de 5 horas, dos minutos y 19 segundos.
40 segundos después arribó el eritreo Merhawi Kudus (Dimensión Data). Tercero, a 45, arribó el portugués Amaro Manuel Antunes (W52-FC). El anterior líder, el belga Greg Van Avermaet (BMC) entró 31°, cediendo 4.44 frente a Quintana, que antes de ayer era noveno a 54.
“El plan nos ha salido perfecto. Todavía estamos mirando cómo está mi cuerpo a esta altura de temporada. Hoy -ayer- felizmente ha respondido”, dijo el boyacense, quien, a falta de una jornada, aventaja en la general a Ben Hermans (BMC) por 23 segundos, y al italiano Manuel Senni (BMC), por 42.
“No sabía que iba a estar tan fuerte, tenemos que ver el plan de entrenamientos y redireccionar cada día para llegar bien a los objetivos de la temporada”, prosiguió el escarabajo, quien apunta este año al doble Giro y Tour.
“Es una victoria muy especial en el día de mi cumpleaños. Un éxito que me da mucha tranquilidad y que muestra que hemos hecho un gran trabajo en el invierno. Venimos preparando unos objetivos muy claros y vamos poco a poco hacia ellos”.
Aunque considera que el aplastante triunfo de ayer no es una señal para los mayores oponentes que tendrá en las carreras grandes.
“Es todavía comienzo de campaña y aquí simplemente se nos han dado bien las cosas y lo hemos aprovechado, pero no significa nada más. De cualquier forma, es un triunfo que nos emociona y que como equipo nos viene muy bien”.
Nairo, lleno de alegría, dedicó la victoria a los seres que lo respaldan.
“Mi familia, esposa, hija, padres y mis hermanos, que siempre me ayudan en los momentos complicados; a mi amigo Adriano Malori. Desde aquí lo pensamos mucho, estamos deseando que regrese a la competición. Y por supuesto a todo el equipo, auxiliares y directores incluidos, que hacen nuestra labor más fácil”.
Desde su primera carrera por etapas en 2017, Nairo da pinceladas de su fortaleza mental y física. Un día especial para celebrar sus 27 años.