Todas las mañanas, al levantarse, tras saludar a sus padres y sus hermanas, lo primero que José Tito Hernández ve son las hortensias que rodean la humilde finca donde vive.
Ese panorama de tantos años, propio del campo, cambiará de forma rotunda para el pedalista antioqueño, quien en enero se enrolará en las filas del novísimo GM Cycling Team de Italia, que tiene su fortín en los Abruzos.
Pescara, una ciudad cargada de frío y hielo, será el ambiente que vivirá este humilde muchacho, quien a los 20 años enfrenta una nueva y prometedora etapa de su ciclismo al llegar a Europa.
José Tito, el hoy corredor del Orgullo Antioqueño, ha realizado toda la escuela del pedal, por cuanto su inicio fue certero y metódico en el ciclomontañismo, cuando logró doble título panamericano en el campeonato celebrado en México.
Hace dos años estuvo en el Mundial de ruta, en Holanda, y mostró su clase. Allí inició los contactos, que hoy, por medio de un empresario, lo llevarán al país de la bota, para hacer parte del GM Cycling Team de la categoría profesional continental.
José Tito anda dichoso con lo que se viene en su futuro, porque el campeón de la Vuelta del Futuro de 2010 en carreteras de Boyacá y ganador de la Vuelta del Porvenir 2012, dará el brinco, que le obliga a recapitular sobre su vida, sobre todo cuando le ayudaba a su padre José Luis, a ordeñar las vacas, cuando se levantaba a las 4:00 de la mañana para atender las labores del campo.
“Cargué bultos, sembré y recogí papa; aprendí a ordeñar bien, por cuanto mi papá tuvo algunas vacas”, es el relato casi que anecdótico de este muchacho que ha crecido mucho físicamente, porque va camino de ser espigado, con su estilizada figura, siempre acompañada por unos ojos alegres y la tez blanca que se protege de forma permanente del sol del Oriente paisa.
El nacido en El Carmen de Viboral, vive atento a reconocer a quienes le tendieron la mano y le mostraron el sendero del buen ciclismo, ese que aprendió con su primer profesor Juan de Dios Fajardo y que extendió luego el técnico Luis Alfonso Cely, y ahora más con los consejos del profesor Gabriel Jaime Vélez.
Esta es una oportunidad única que se les presenta a los pedalistas, que siendo muy jóvenes deben dejar sus casas, su familia, y en este caso de José Tito, el campo y las hortensias que lo rodean.