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Pedersen ganó en el Tour como todo un campeón del mundo

El danés mostró superioridad en la exigente jornada 13 de la competencia, en la que Nairo Quintana, pese a quedarse sin un gregario, se defendió y sigue entre los mejores.

  • Mads Pedersen, de 26 años de edad, fue el héroe en la jornada 13 del Tour de Francia, en la que ratificó su gran momento. Logró su séptima victoria en la presente temporada. FOTO EFE
    Mads Pedersen, de 26 años de edad, fue el héroe en la jornada 13 del Tour de Francia, en la que ratificó su gran momento. Logró su séptima victoria en la presente temporada. FOTO EFE
Pedersen ganó en el Tour como todo un campeón del mundo
15 de julio de 2022
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Saint Etienne, capital del Loira, en Rodano Alpes, es una ciudad tranquila, dispersa de los acontecimientos nacionales franceses y con una carga de aire podrido por cientos de años de incalculable minería.

Fue llamada Furania durante algún tiempo, y también Armeville, en los tiempos turbios de las guerras (fue bombardeada en 1944 por los nazis). Pero finalmente es Saint Etienne, metálica, mohosa, pontificia, católica y tan tranquila como los ancianos que vagan por los campos del Loira, persiguiendo a los patos con las manos llenas de migas de pan.

También fue cuna del cineasta Paul Mesnier, creador de ‘los bebés a gogo’, de 1956; y de la pintora Emelie Charmy, amiga y crítica de Henri Matisse, y quien se peleó con las autoridades para poder exhibir sus obras en París.

Sin embargo, Saint Etienne ha sido conocida en el mundo gracias al fútbol. El equipo local fue el más grande de la Ligue 1 en los años setenta y ochenta del siglo pasado, con figuras como Platini, Johnny Rep, Rocheteau y Battiston.

Frente a ese equipo, en 1990, el Pibe Valderrama ofreció uno de sus magistrales conciertos de pases y gambetas, vistiendo la camiseta del Montpellier.

En fin. La ciudad también ha cobrado importancia gracias al rugby, y claro, al ciclismo, por su cercanía con el macizo de las Grandes Rosas y con la Grand Bonnard.

Solo una vez la ciudad metalúrgica definió un Tour de Francia. Ocurrió en 2005, cuando Lance Armstrong ganó una contrarreloj de 55 kilómetros sobre Jan Ullrich e Ivan Basso, rodando a casi 46 kilómetros por hora.

En 2014, de camino a Chamrousse, Vincenzo Nibali se quedó con una importante victoria saliendo de Saint Etienne, echándole más tierra a Alejandro Valverde, quien también buscaba el título.

Sin embargo, la mayoría de las veces que el Tour pasa por Saint Etienne gana la fuga y los favoritos, como pasó este viernes, descansan.

Se lució Pedersen

La etapa 13 de la Grande Bouclé, entre Bourg d’Oisans y Saint-Etienne, sobre 192 kilómetros, fue ganada por el campeón mundial de 2019, Mads Pedersen, del Trek, quien se mantuvo escapado durante 152 largos kilómetros, en compañía de otros poderosos rodadores, como Fred Wright (Bahrain), Pipo Ganna (Ineos), Stefan Kung (FDJ), Hugo Houle (Israel) y Matteo Jorgensen (Movistar).

En algún momento, los poderosos trenes del Lotto y del Quick Step mostraron interés en perseguir a los fugados y la diferencia se redujo a un minuto y 10 segundos, pero entonces los patrones del pelotón, Vingegaard, Pogacar y compañía, ordenaron reducir el paso y entonces los aventureros pudieron alejarse.

No había más remedio, pues los vientos y el calor estaban cobrando víctimas en la retaguardia. Varias caídas provocaron cortes en el pelotón y la mejor decisión era santificar la fuga y rodar tranquilamente hasta la meta.

Además, este sábado la carrera vuelve a tirar para arriba, en Mende, con 192 kilómetros de batalla a través del Loira, el Alto Loira y Lozere, una expedición que estará marcada por las fugas y que al final, tras subir a Croix Neuve (Subida Jalabert) y encarar el último reto hacia el aeródromo, tendrá chispas entre los favoritos.

Pedersen llegó a su victoria 24 como profesional y a su sexta del año. Él fue quien animó la fuga, cortó a Pipo Ganna y a Kung y luego sentenció el sprint con un ataque de al menos 1.500 vatios. Ni Jorgensen ni Wright, los únicos que lograron seguir su rueda, tuvieron oportunidad.

Este sábado, posiblemente, volverá a triunfar la fuga, pero los favoritos deberán estar atentos a los vientos en el final, y a ese repecho de tres kilómetros antes de la meta, donde seguramente habrá oportunidad de raspar segundos para la general.

Nairo Quintana, el mejor de los colombianos, perdió a uno de sus compañeros más importantes, Warren Barguil, por covid, y por eso deberá ser muy atinado en sus decisiones, pues prácticamente correrá solo.

El de Cómbita fue el único criollo que llegó en el pelotón de los favoritos, a 5.45 de Pedersen. Rigoberto Urán y Dani Martínez, almas en pena en el purgatorio de la carrera, llegaron a más de 13 minutos.

Esta vez, como en 2005 y 2014, Saint Etienne podría ser clave en el devenir del Tour de Francia, y no solo un lugar de paso en el que todos descansan y los periodistas repasan la historia.

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