Si hubo ataques ayer en la cuarta etapa de la Vuelta al País Vasco, entre San Sebastián y Bilbao, con el paso por el alto del Vivero, los que se esperan hoy, en la jornada reina de la prueba, serán para alquilar balcón.
El español David de la Cruz (Quick Step) se mantuvo en el liderato, aunque ahora lo comparte con el esloveno Primoz Roglic (LottoNL), quien ganó la fracción y logró descontarle al ibérico los tres segundos de ventaja que le lleva a los rivales más fuertes.
En el recorrido de 174,1 kilómetros primaron las caídas, una de ellas, entrando a Bilbao, dejó por fuera de combate al colombiano Darwin Atapuma. Su equipo, el UAE Emirates, informó que sufrió “una fractura en la muñeca izquierda”, a la que se suma un “traumatismo craneoencefálico”.
Otro que tuvo problemas fue Alberto Contador (Trek), que visitó el asfalto dos veces. Tuvo suerte de no retirarse.
Por su parte, los paisas Rigoberto Urán (Cannonale) y Sergio Luis Henao (Sky) se mantienen sólidos, y hoy, en el trazado de 139.8 km entre Bilbao y Santuario de Arrate (Eibar), buscarán no solo restarle la diferencia a De la Cruz y a Roglic, también ampliarla para llegar con buena ventaja a la sexta y última etapa del sábado, la decisiva contrarreloj de 27 km.
Hoy, como lo reseña la agencia EFE, los corredores tendrán que ascender tres veces por el Santuario de Arrate, la última por Matsaria y la cima de Usartza (1a) a dos kilómetros de meta. La que pone fin a la etapa es una ascensión corta y durísima de 3.9 km con tramos de desnivel hasta del 15 por ciento.
Serán seis subidas puntuables, tres de primera categoría, una de segunda y dos de tercera. Los escarabajos se frotan las manos, y en esa contienda, gracias a sus cualidades, los colombianos suenan fuerte.