Hay algo claro que tiene Tadej Pogacar, tanto que no tiene inconveniente de compartirlo públicamente: “Quiero convertirme en el mejor de todos los tiempos”.
Por lo pronto, con 25 años y 70 triunfos como profesional, los ojos verdes del espigado deportista, de 1,75 metros de estatura, brillan con mayor intensidad ante la oportunidad que se le presenta, sobre todo por la superioridad que muestra frente a sus oponentes. Sin embargo, será la carretera la que sentencie los alcances del esloveno, quien ya suma dos títulos del Tour de Francia (2020-2021) y dos subtítulos (2022-2023), así como un tercer puesto en la Vuelta a España (2019).
Ahora, este prodigio del pedal que nació en Komenda, al norte de Ljubljana, capital de Eslovenia, donde de niño y gracias a sus dotes con el balón soñaba con ser futbolista, tiene entre ceja y ceja algo que en el pasado lograron muy pocos y que en años recientes no han podido conseguir otros. Es más, ni intentan conseguirlo. Su atrevimiento da a entender el potencial del rubio corredor.
Grandísimo favorito del Giro de Italia, Pogacar inició este sábado el inmenso desafío de encadenar este triunfo con la victoria en el Tour de Francia, un ‘doblete’ en las grandes vueltas que no se presenta desde que lo conquistó el fallecido Marco Pantani en 1998. ‘El Pirata’ fue el último en ser capaz de subirse al primer escalón del podio de manera consecutiva en las dos grandes carreras por etapas del calendario. Pogacar tiene por delante 42 jornadas en la bici y un total de 6.892 kilómetros para lograrlo.
Dosificar los esfuerzos
Las leyendas Fausto Coppi, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Induráin lograron el doblete en dos ocasiones. Pero el ciclismo se ha vuelto tan competitivo que este reto es juzgado por algunos como casi imposible. Los pocos que lo han intentado en los últimos años, entre ellos Alberto Contador y Chris Froome, no lo consiguieron.
“Es muy difícil de lograr. Hay que saber dosificar los esfuerzos”, señaló Induráin sobre un aspecto que no es precisamente el punto fuerte de Pogacar, de apetito infinito, que intenta ganar en cada carrera en la que participa.
“Hay que estar perfecto durante 21 días, 20 no es suficiente. Un mal día puede cambiarlo todo”, añadió Vincenzo Nibali, vencedor del Tour en 2014 y del Giro en 2013 y 2016, subrayando que en la carrera italiana las condiciones meteorológicas pueden ser complicadas.
“Hay que recordar que en las etapas de altura Pogacar perdió un Tour, tal vez los equipos hagan estrategias para frenarlo”, recordó Nairo Quintana. “Pero la verdad sí es el favorito al triunfo en este Giro”, agregó.
Las caídas que han marcado el ciclismo en los últimos meses también recuerdan que es un deporte especialmente expuesto a la fortuna, como el propio Pogacar experimentó al sufrir una fractura en una mano en la Lieja-Bastoña-Lieja el año pasado.
¿Competencia modesta?
Si en algo coinciden los excorredores es que el ciclista actual mejor colocado para lograrlo es Pogacar, el más completo del pelotón, que además llega tras una preparación milimétrica y suma siete victorias en solo diez días de carreras en 2024, con demostraciones en la Strade Bianche, la Vuelta a Cataluña y la Lieja-Bastoña-Lieja.
El esloveno ha visto además como el ciclista que le ganó el pulso en los dos últimos Tours, el danés Jonas Vingegaard, sufrió una durísima caída en la Vuelta al País Vasco. No tenía previsto participar en el Giro pero su presencia en el Tour (29 junio-21 julio) también está comprometida. Sí estarán en la ‘Grande Boucle’ Primoz Roglic y Remco Evenepoel.
En un Giro menos montañoso que en ediciones previas (7.000 metros de desnivel menos que en 2023), Pogacar partió con ventaja sobre sus principales competidores.
Este sábado no logró acaparar el maillot rosa desde el principio de la carrera, pero sí metió presión a sus rivales al arribar tercero. Quienes se vistieron de líderes de comienzo a fin fueron Gianni Bugno en 1990 y Eddy Merckx en 1973.
¿Al nivel de Merckx?
El ciclista del UAE (Pogacar), quien está arropado por el colombiano Juan Sebastián Molano, no esconde su ambición. “Quiero convertirme en el mejor de todos los tiempos”, dijo en marzo pasado.
Todavía lejos del mito Merckx (11 grandes vueltas, 19 monumentos; 2 y 6 para el esloveno), cada vez son más los que le ven en la misma senda.
“Para mí juega en la misma categoría que Merckx. Su palmarés y su manera de correr son simplemente fenomenales, tiene el pedigrí de un GOAT (mejor de todos los tiempos en sus siglas en inglés)”, señaló en su pódcast Thomas, ganador del Tour en 2018.
Un ‘doblete’ Giro-Tour le seguiría acercando al panteón del ciclismo. Y parece en la forma perfecta para pelearlo.
Sin presión
Pogi, como le dicen de cariño a Tadej, comentó que está “acostumbrado a ser el favorito” en todas las carreras en las que participa y que por eso no siente presión para ganar su primer Giro.
“Cada vez que tomo la salida en una competencia, se dice de mí que soy el favorito. Estoy acostumbrado a serlo, he aprendido a vivir con ello y estoy preparado. Sé que todos querrán vencerme y que mi equipo será el que deba controlar la carrera”, afirmó el pedalista, quien se defiende en todos los terrenos.
“Desde mi primer título en el Tour de Francia (en 2020) mi vida cambió. Ahora la presión está ahí, en cada prueba. Pero lo tomo como algo bueno. Será igual en el Tour de Francia. Tenemos que seguir nuestro plan y calcular las fuerzas para tener el suficiente combustible y llegar hasta el final”, añadió Tadej.
Señaló, igualmente, que es injusto que todos los focos se dirijan únicamente hacia él. “Es irrespetuoso para los demás corredores. Todo el mundo ha trabajado duro y quiere ganar. Y es posible. Pero quizás es también mi culpa”, admitió, aludiendo a sus recientes exhibiciones de fuerza.
Entre sus grandes rivales en este Giro citó a dos veteranos, el francés Romain Bardet y el británico Geraint Thomas, pero hay otros hombres ante los que no se puede confiar, entre ellos los colombianos Nairo Quintana, Éiner Rubio, Esteban Chaves y Daniel Felipe Martínez, así como el italiano Damiano Caruso.
Si bien mantiene prudencia porque “muchas cosas pueden pasar en tres semanas”, Pogacar consideró que tendrá “menos estrés” en el Giro que en el Tour.
Lo que sí dejó claro es que solo piensa en el título: “Tengo todavía más hambre que de costumbre”.