Con cada salto de Diana Isabel Pineda, los fanáticos mexicanos tuvieron que hacer una fuerza que no estaba en sus planes. Dolores Hernández, ganadora del bronce mundalista en Rusia, hacía las veces de local; sí, en su patio y tratando de mantener en lo más alto la bandera de unos clavadistas catalogados dentro de los mejores del planeta.
Y así fue durante tres jornadas para la dueña de casa en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en los que la colombiana Pineda Zuleta la puso contra las cuerdas en cada prueba, relatan algunos de los integrantes de la delegación que estuvo en Veracruz hasta la semana pasada.
Esta vez la historia se escribe al revés, pero claro está, guardadas las proporciones, por cuanto la anfitriona es la curtida saltadora paisa, quien defiende ante las visitantes de otros departamentos el prestigio del club Alcatraz, en el que se hizo figura internacional.
Tres, para seguir con lo sucedido en México, fueron las medallas de plata conseguidas por Diana Isabel -dos individuales y una en dupla con Sara Bedoya-, estudiante de octavo semestre de Ingeniería de la Universidad Nacional, quien se inició con el técnico chino Quiang Fu y se mantiene como una de las figuras de los clavados.
“La actuación en los Centroamericanos fue muy buena e incluso uno de mis puntajes -el trampolín de tres metros-, resultó como el mejor del año”, cuenta la clavadista de 28 años.
Esta vez, Diana Isabel es la guía anfitriona que confía en rematar lo que para ella y sus compañeros ha sido un año de trajín. “Espero dar varios oros aquí, para poner el sello, pese a la fatiga. Voy a hacer la física hasta el 22 de este mes, para descansar 15 días, ya que el 2015 será de compromisos en los Grand Prix, el Mundial de Rusia y los Juegos Panamericanos de Toronto”.