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Hace rato Nacional no lucía tan dominante en las estadísticas de un partido ni tampoco enlazaba dos encuentros jugando bien. Durante la fase del todos contra todos, el club verde fue una montaña rusa: un partido arriba y el otro abajo. Sin embargo, en los dos juegos de cuadrangulares ha mostrado un fútbol llamativo.
Más allá de la derrota en Ibagué el verde antioqueño fue ampliamente superior en los números del partido: 26 remates por 6 del rival, 7 de estos a la portería contra 2 de los tolimenses; una posesión del 62% frente al 38% y una precisión en los pases del 79% contra el 68%.
“Estoy orgulloso de la manera en que compitió el equipo; el jugador más influyente del Tolima fue el arquero, la forma en que jugamos nos ilusiona sobre la construcción de un equipo que merezca ganar, con un buen presente y a futuro, seguramente, mejoraremos esta idea de juego”, dijo el técnico Juan Carlos Osorio.
El entrenador reconoce que esta expresión futbolística de Nacional es arriesgada, pero es a la que le seguirán apostando en lo que resta del torneo.
“Es una propuesta valiente, difícil de implementarla en nuestro fútbol, pero continuaremos defendiéndola, trabajándola, mejorándola y así, ojalá, competir como se hizo ante Tolima, de igual a igual contra cualquier rival”.
La buena noticia es que aún con la derrota en el estadio Manuel Murillo Toro, el club antioqueño sigue dependiendo de sí mismo para meterse a la final de la Liga Águila-2. Pero deberá ganar todos sus partidos de local y arañar algún punto por fuera para poder terminar líder de su zona. Junior será su próximo rival, este domingo a las 6:30 p.m. en el meridiano de los cuadrangulares.