Boca Juniors y Benfica empataron 2-2 en Miami en su estreno en el Grupo C del Mundial de Clubes, en un partido en el que el equipo argentino desaprovechó una ventaja de dos goles.
El Xeneize parecía haber hecho lo más difícil con los tantos de Miguel Merentiel (21’) y Rodrigo Battaglia (27’), pero el Benfica remontó con un penalty transformado por Ángel Di María (45+3) y un gol de cabeza de Nicolás Otamendi (84’).
En un Hard Rock Stadium con aires de La Bombonera, la numerosa afición xeneize empujó desde el primer minuto a los suyos con cánticos permanentes, “Dale Boca... Dale Bo”, y abucheos a los rivales. Todos en pie, saltando sin parar, para animar a los suyos.
Espoleados por sus seguidores, los argentinos salieron a morder, muy agresivos en la presión, asfixiando a un Benfica que apenas lograba crear peligro.
Y Boca, tras mostrar su buen hacer defensivo, empezó a encontrar caminos hacia la portería rival con un juego directo.
En una de esas internadas por la izquierda, el lateral Lautaro Blanco le hizo un caño a su adversario directo, Samuel Dahl, y puso un buen centro al primer palo rematado a gol por el uruguayo Merentiel.
La afición xeneize hizo temblar el estadio y volvió a enloquecer seis minutos después con el gol de Battaglia, que remató de un testarazo un pase con la cabeza de Ayrton Costa.
El partido parecía de Boca, 2-0 y sin noticias del Benfica.
Pero en el tiempo añadido de la primera parte, el centrocampista Carlos Palacios concedió un penalty ingenuo al darle un rodillazo a Nicolás Otamendi en un córner.
El VAR confirmó la pena máxima, ante las protestas de los jugadores de Boca, entre ellos el lesionado Ander Herrera que recibió una tarjeta roja desde el banquillo.
Di María transformó el penalty de un disparo ajustado al palo izquierdo, un gol que parecía demasiado premio visto el primer tiempo del club lisboeta.
“Tratamos de ganar el juego, sabemos cómo es el fútbol en Argentina. En el primer tiempo no jugamos bien, necesitábamos un poco más. En el segundo tiempo mejoramos y tratamos de ganar el juego” aseguró el Fideo.
Remontada roja
La segunda parte mostró un partido distinto, más trabado, con numerosas faltas de un lado y otro, y sin apenas ocasiones.
Los portugueses seguían sin encontrar su juego. Y Boca creía tenerlo todo bajo control, a pesar de haber dado un paso atrás en cuanto a intensidad.
La tarjeta roja recibida por el delantero italiano Andrea Belotti, del Benfica, en el minuto 70 pareció sellar el destino del partido.
Pero en un despiste de la defensa xeneize, demasiado pasiva, Otamendi marcó de un potente cabezazo para empatar el encuentro.
La afición de Boca acusó el golpe, pero siguió animando a los suyos hasta el pitido final. Pura pasión.
Y en la cancha aún hubo tiempo para que el árbitro sacara otra roja directa, esta vez al defensa de Boca Jorge Figal.
“Hay muchas cosas buenas y otras que mejorar. El rival es muy fuerte, sabíamos que era así”, dijo en rueda de prensa el entrenador de Boca, Miguel Ángel Russo.
“Creo que tuvimos un orden importante (...) Al rival le costó”, añadió el técnico, que lamentó el gol del emapte de Benfica, sufrido en los minutos finales del encuentro.
Tras este empate, el club argentino y Benfica se sitúan en la segunda posición del Grupo C con un punto, por detrás del Bayern de Múnich, que goleó 10-0 al modesto Auckland City neozelandés el domingo.