Era un hombre que rompía esquemas. Cuando el grueso de los futbolistas solo se preocupaban por patear bien el balón, él se ocupaba de nutrir su cerebro y prepararse para el futuro, para la vida fuera de la burbuja en la que vivían los jugadores talentosos de la década del 80.
El gusto que tenía por la lectura amplió su perspectiva y le permitió conocer otras formas de ver la vida, el fútbol. Tal vez por eso, cuando el profesor Víctor Luna asumió el reto de ser el entrenador en propiedad del Medellín en 2002, empezó a cambiar las dinámica de entrenamiento para sus dirigidos.
En un época en la que predominaba un estilo de trato rudimentario por parte de los técnicos hacia los jugadores, él se mostró próximo a sus dirigidos. Por eso empezó a preocuparse por proponerles hacer cosas diferentes, a plantearles actividades distintas durante los entrenamientos.
“Víctor en las mañanas llegaba, tomaba un libro y nos ponía a leer a todos antes de entrenar. Luego nos pedía que hiciéramos un resumen. Él siempre nos puso a hacer algo más que solo pensar en lo que pasaba en el campo de juego. Con él salíamos, teníamos asados y sobre todo nos enriquecía con su conocimiento, sus mensajes”, le dijo el exfutbolista antioqueño Andrés Orozco, que hizo parte del DIM campeón de 2022, a Win Sports en 2019.
Logró el título más deseado
Aquel hombre moreno, alto y de bigote ochentero, que algunas veces se vestía con trajes elegantes y otras con sudaderas deportivas cuando iba a dirigir un partido desde los banquillos, le dio a los hinchas veteranos del DIM la alegría futbolera más grande que han sentido en su vida.
El 22 de diciembre de 2002 terminó la sequía de 45 años del DIM sin quedar campeón de la Liga colombiana. La anhelada tercera estrella llegó después de vencer 3-1 en el global al Pasto (2-0 en la ida, que se jugó en el Atanasio y 1-1 en la vuelta, que se disputó en el la Libertad).
La base del equipo fueron unos juveniles conocidos por Luna, que se mezcló con futbolistas experimentados como Edgar “Panzer” Carvajal. Ellos, con la idea de juego del profe Víctor fueron los responsables de la felicidad, desconocida para la mayoría de aficionados rojos, que se tomó la ciudad el 23 de diciembre.
Luna, quien falleció el pasado domingo a los 68 años en Medellín, quedó en la historia del Poderoso como el artífice de la estrella que marcó una época y partió en dos la historia del DIM.
Pero no solo por eso, sino por la sabiduría que siempre mostró con decoro, su don de gentes, la preocupación por ayudar a crecer el fútbol antioqueño, fue que en su velorio, que se realizó este lunes en la iglesia Santa Gema, al occidente de Medellín, estuvieron presentes viejas glorias del fútbol colombiano como Francisco “Pacho” Maturana.
Solo dos siguen vivos
Con la partida del profe Luna, solo dos de los cinco entrenadores que han salido campeones de Liga con el DIM siguen vivos: Leonel Álvarez, quien llevó al cuadro rojo al título en el clausura de 2009 y el apertura de 2016, y Pedro Sarmiento, que fue campeón en 2004.
En el título de 1955, el entrenador fue el paraguayo Delfín Benítez Cárdenas, quien falleció en 2004 en Caracas, Venezuela. En el campeonato de 1957 el Poderoso fue dirigido por el argentino José Manuel “El Charro” Moreno, considerado como uno de los mejores futbolistas argentinos del Siglo XX, y murió en Merlo, Argentina, en 1978.
Todos los técnicos que han sido campeones de Liga con el Medellín tienen algo en común: primero fueron futbolistas profesionales.
