Medellín se ha convertido en una torre de Babel. En las inmediaciones del coliseo Iván de Bedout se pasean hombres vestidos de cortos, con acentos e idiomas diferentes al español que se roban las miradas de quienes transitan por el sector.
Uno de los que más se destaca es el arquero cubano Brenieht Suárez, quien con sus 1,97 metros de estatura causa sensación cada que aparece con su Selección en un entrenamiento, o como sucedió ayer en el arranque de la competencia.
Medellín es la casa por estos días y hasta el 27 de septiembre de equipos como Tailandia, Rusia, Cuba, Egipto, Irán, España, Marruecos y Azerbaiyán.
Y se han sentido como en casa, así lo expresó Fernandao, una de las figuras de España, quien argumentó que la hospitalidad de los paisas los ha dejado gratamente sorprendidos, al igual que la calidad de los escenarios de entrenamiento y sitio de competencia. “Colombia ha organizado una Copa Mundial excepcional, los escenarios son de alto nivel y la amabilidad de la gente es muy especial”, señaló.