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El delantero del equipo de Asobdim tiene un emotivo gesto cada vez
que convierte gol en el babyfútbol.
La emoción por marcar un gol se muestra de diferentes maneras: unos saltan, corren, otros lloran o se abrazan a sus compañeros para celebrar. Stiven Gómez Ortiz se arrodilla y alza la mirada al cielo para compartir su alegría con alguien que ya no está.
Es su mamá, Consuelo Ortiz, que en 2016 falleció pero sigue siendo la inspiración del joven delantero de 12 años de edad que este año se estrena en el babyfútbol con Asobdim y que con un gol, de tiro libre, le entregó la primera victoria a su equipo en el torneo.
Su papá, Carlos Augusto Gómez, cuenta que su hijo, el menor de cuatro hermanos, adoptó este tipo de celebraciones antes de la muerte de su esposa, como una manera de honrar su memoria.
“Es su manera de tenerla presente y de recordarla con alegría, porque eso es lo que genera un gol: alegría”, dice el papá.
La anotación, una de muchas que ha marcado en los ocho años que lleva jugando fútbol, llegó desde el banco, pues el menor de edad, habitante de Boyacá Las Brisas, empezó el partido en el banco. “No llevo la cuenta, pero creo que he hecho como 80 goles”.
Su entrenador, Diego Giraldo, le dio la oportunidad de entrar en los minutos finales del partido en el que empataban 1-1 con El Naranjal de Girardota. Una falta, cerca del área a favor de su escuadra, le permitió cobrar el tiro libre que, de pierna derecha, convirtió en gol y llenó de felicidad a sus compañeros y familiares.
La acción, que asegura, ha perfeccionado entrenando y viendo videos de su ídolo, el portugués Cristiano Ronaldo, es la jugada con la que más hace goles, por eso, promete marcar más tantos en el torneo de la misma forma en la que ya hizo el primero.
“Este campeonato es muy importante, con gran historia porque han pasado muchos jugadores que ahora están en la Selección”, dice el estudiante de grado séptimo del Centro Educativo Autónomo, en el que afirma que le va muy bien, igual que en el fútbol.
Mientras tanto, su papá, dice con orgullo que le mostrará el video del gol a sus vecinos, que siempre que van a comprar en su granero en el barrio, preguntan por “Messi”, como conocen a su hijo.
“Aunque a él le gusta Cristiano, le dicen Messi porque tiene una buena pegada. Eso ha sido un debate con él (risas), no me llama la atención que lo llamen así por el ego, porque en esto hay que ser humilde, pero es muy agradable que lo comparen con un jugador como ese”.
Más allá de sentirse feliz por haber marcado el gol del triunfo, Stiven resalta todo el trabajo que hizo su equipo para ganar.
“Creo que nos va a ir muy bien porque todos nos apoyamos mucho en la cancha, somos muy amigos, entre todos nos cuidamos y así funcionan las cosas”, comenta Stiven.
Agrega, además, que tiene en Manuel Peña, Alejandro Giraldo y Emmanuel Rave, a sus mejores socios en la cancha, pues son ellos los que siempre le ponen el balón en el área para hacer gol, o cuando él juega de volante, es quien los asiste para que ellos anoten.
“El profe nos ha enseñado a no ser egoístas, a hacer las cosas, primero pensando en equipo antes de irnos solos en las jugadas, por eso nos apoyamos tanto en los partidos”, expresa Alejandro Giraldo.
Además de disfrutar de cumplir el sueño que ha compartido desde siempre con su papá y su hermana María Paula, de 16 años de edad, quien no pudo jugar en el Festival, Stiven se siente un afortunado de jugar en la Marte, pues fue uno de los 18 jugadores elegidos de un grupo de 34 que hicieron las pruebas para luchar por el cupo en el conjunto de Asobdim.
“Fue un proceso muy largo y en el que entrenamos mucho. Gracias a Dios estamos aquí”, asegura el delantero.
Los elencos de Montería y el barrio Independencia II de Medellín serán los próximos rivales de Asobdim. En esos partidos, como ya lo prometió, Stiven buscará tener más tiempo en la cancha para cumplir lo que prometió: marcar más goles de tiro libre y así, celebrar mirando hacia el cielo sonriéndole a su mamá.