Ansiedad. Esa sensación intensa y persistente se apoderó de mi ese primero de julio de 2004. Había llegado el día de acariciar la gloria continental.
Como de costumbre me levanté temprano. Toda la noche anhelé que amaneciera rápido sobre la fría Manizales. Fui el primero en hacerlo y para calmar los nervios salí a caminar por los pasillos y zonas verdes de Termales del Otoño. Desde ese momento percibí la expectativa que había en la ciudad, en los rostros de los trabajadores del hotel, que nos saludaban y sonreían con ilusión.
El desayuno estuvo tranquilo. El almuerzo, fue difícil porque ninguno probó bocado. Como capitán me preocupé ante la escena, pero luego, en el refrigerio todos nos alimentamos bien.
Llegó el momento de ir al estadio. Estábamos felices y ni qué hablar de los hinchas, que nos acompañaron en los 15 minutos de trayecto hasta Palogrande, recorrido que se triplicó en tiempo esa tarde por la cantidad de gente en las calles. Se nos hinchó el pecho de orgullo al llegar al estadio, más blanco que nunca.
En la intimidad del camerino llegó el instante de hacernos conscientes del momento. Calentamos y luego, el “profe” (Luis Fernando) Montoya nos habló a cada uno. Recuerdo muy bien sus palabras: “Esta es la noche para hacer historia”. ¡Lo hicimos! Aunque, en la tanda de penaltis, cuando Arnulfo (Valentierra) nuestro mejor pateador, erró el penal, creí que habíamos perdido la final, más con el antipenal de (Roberto) Abbondanzieri en el arco. Pero fue la noche de Juan Carlos Henao.
¡Qué momento de euforia! Con el “Manizales del alma” de fondo, nosotros en la cancha, lloramos, saltamos, gritamos, y hasta dañamos la Copa dando la vuelta olímpica (risas), por eso también pasamos a la historia. Un equipo modesto como el de nosotros, con un juego defensivo, se creyó el “cuento” de ganar. De ser grandes ante los grandes. Ahora, 14 años después le toca a cinco colombianos (ver uno por uno), en dos grandes clubes con una historia enorme en el continente, y en un país más futbolero que el nuestro.
Seguro sentirán lo mismo que nosotros, ilusión, nerviosismo y mucho orgullo por representar nuestro fútbol .
*Edición periodística Jessica Quintero S.