El racismo volvió a mostrar su rostro más oscuro en el fútbol colombiano. Marino Hinestroza, delantero de Atlético Nacional, denunció haber sido víctima de insultos racistas por parte de tres hinchas de Millonarios durante un encuentro de los cuadrangulares disputado en el estadio El Campín. Sin embargo, la historia no terminó ahí. Días después, Hinestroza recibió nuevos ataques, esta vez a través de redes sociales. Uno de los mensajes más despectivos provino de Luisa María Arias Carvajal, la reina del turismo de Circasia (Quindío), quien utilizó su cuenta de Instagram para proferir insultos racistas hacia el jugador.
El hecho generó una ola de indignación no solo entre los seguidores del fútbol, sino también en la sociedad en general, que ve con preocupación cómo este tipo de conductas siguen presentes en el deporte. Atlético Nacional, fiel a su compromiso con la igualdad y el respeto, respondió de manera contundente con un mensaje claro y poderoso: ”No al racismo”.
En un video publicado en las redes sociales del club, figuras emblemáticas del equipo como Jorman Campuzano, Felipe Aguirre, Marino Hinestroza y Dairon Asprilla unieron sus voces para rechazar cualquier forma de discriminación.
Con un tono firme y lleno de convicción, el mensaje resonó:
”Todos somos iguales dentro de una cancha o fuera de ella. Tu etnia, religión o color de piel no te hacen más ni menos que nadie. Desde Atlético Nacional decimos no al racismo.”
El video, que rápidamente se viralizó, no solo fue un respaldo para Hinestroza, sino también una invitación a reflexionar sobre los valores fundamentales que deben regir tanto en el deporte como en la vida diaria.
El fútbol tiene la capacidad de unir a millones de personas alrededor del mundo, pero también refleja las fracturas sociales que aún persisten. La decisión de Atlético Nacional de alzar la voz contra el racismo es un recordatorio de que los clubes tienen una responsabilidad que va más allá de los resultados en la cancha.
Hinestroza, quien se ha mostrado agradecido por el respaldo del club y sus compañeros, expresó que este tipo de episodios, aunque dolorosos, lo motivan a seguir luchando dentro y fuera del campo.
El mensaje de Nacional ha sido bien recibido por la comunidad futbolística, pero también ha generado un llamado a la acción. Hinchas de distintos equipos se han unido para pedir que se sancionen de manera ejemplar este tipo de comportamientos, tanto en los estadios como en las redes sociales.
Además, organizaciones como la Dimayor y la Federación Colombiana de Fútbol han sido instadas a reforzar sus campañas educativas y a implementar medidas más severas contra el racismo.
El caso de Marino Hinestroza no es aislado, pero su impacto puede ser un punto de inflexión en la lucha contra la discriminación en el fútbol colombiano. Gestos como el de Atlético Nacional, que va más allá de la denuncia, sirven como ejemplo de que el cambio comienza con acciones concretas.
El fútbol, como espejo de la sociedad, tiene la oportunidad de liderar una transformación cultural que promueva la igualdad, el respeto y la inclusión. Hoy, Nacional ha dado un paso al frente, y la esperanza es que otros sigan ese camino, demostrando que en el deporte, como en la vida, no hay lugar para el racismo.