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Once Caldas celebró encima del bus sin haber ganado, ¿triunfalismo lo dejó afuera de la Sudamericana?

El equipo colombiano ganaba la serie 2-0 contra Independiente, pero le empataron en Manizales y cayó por penaltis ante Independiente del Valle, privándose de clasificar a las semifinales de la Copa Sudamericana.

  • Los jugadores del Once Caldas pasaron de la euforia a la impotencia tras su eliminación de la Copa Sudamericana. FOTO CONMEBOL
    Los jugadores del Once Caldas pasaron de la euforia a la impotencia tras su eliminación de la Copa Sudamericana. FOTO CONMEBOL
hace 2 horas
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¿Se creían ganadores y celebraron antes de tiempo?

Los jugadores del Once Caldas son objeto de críticas por sus festejos antes del decisivo encuentro de vuelta de los cuartos de final de la Copa Sudamericana, serie que ganaban 2-0 y que finalmente, como locales en el estadio Palogrande de Manizales el miércoles en la noche, perdieron 5-4 por penales luego de que Independiente del Valle, empatara el global.

Lea: Dayro Moreno explotó: “Esto es un fracaso” tras la eliminación de Once Caldas

Saltando sobre el bus y sin camisa se les vio a varios futbolistas, entre ellos al goleador del certamen, el delantero Dayro Moreno (10 tantos), camino al escenario deportivo y en medio del río humano que los alentaba.

Aquel video tomó mayor repercusión cuando el Once quedó eliminado de la competición ante un rival al que hizo ver mal en Quito, y contra el que mostró superioridad al derrotarlo con goles de Dayro Moreno. Pero esta vez, en suelo colombiano, el club ecuatoriano, igualó la confrontación con doblete de Michael Hoyos en un estadio colmando de público.

Para muchos internautas, el video de júbilo de los deportistas dirigidos por Hernán Darío “El Arriero” Herrera antes de encarar el decisivo compromiso evidencia un exceso de confianza, lo cual terminó pasando factura en un duelo en el que desperdiciaron las opciones que tuvieron y se vieron sorprendidos por el nivel del conjunto visitante.

Aunque en medio de una derrota siempre salen a la luz pública los errores y fallas que provocaron ese negativo resultado, también hay que aclarar que durante la actual Sudamericana, el Once Caldas, equipo relevación de la competición internacional, también hizo fiesta en varias ocasiones ante de enfrentar un compromiso.

A finales de mayo, y como si estuvieran entrando a una discoteca, bailando y cantando con fuerza, desfilaron por el aeropuerto tras su arribo a Brasil, donde jugaron contra Fluminense su último partido del Grupo F de la Copa.

Este nuevo caso del Once Caldas hace recordar otros episodios de triunfalismo o celebraciones anticipadas que terminaron en frustración.

Por ejemplo, la Selección Colombia sub-23 en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, donde llegó como favorito para disputar la medalla de oro y al final fracasó.

También, la Selección Colombia en el Mundial de EE. UU. 1994: Después de golear 5-0 a Argentina en las eliminatorias, se habló incluso de ser candidatos al título. La confianza desbordada terminó en una eliminación temprana en fase de grupos.

América de Cali en Copa Libertadores 1996: Llegó a la final contra River Plate con la ilusión de ser campeón por fin tras tres finales perdidas en los 80, ganó el partido de ida 1-0, pero se confió y perdió 2-0 en la vuelta en el Monumental.

También, lo que ocurrió en el Preolímpico de Fútbol sub-23 en Londrina (Brasil) en agosto de 2000.

Allí Javier Álvarez era el técnico de Colombia, que en la última fecha enfrentaba al local y para quedar eliminada debía recibir más de seis goles. El orientador decidió darles paso a algunos suplentes pero su equipo terminó cayendo 9-0 y despidiéndose del certamen.

A la vez sucedió en 2010 patinaje de carreras, cuando Álex Cujavante dejó escapar la medalla de oro en la prueba de los 15.000 metros eliminación durante el Mundial en Guarne al celebrar antes de tiempo.

Rigoberto Urán, por su parte, en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, aunque no levantó los brazos, la imagen es famosa porque se confió mirando hacia atrás y no vio venir al kazajo Aleksandr Vinokourov, que lo superó en el sprint final. Rigo terminó con la medalla de plata.

¿Existe trastorno de Niquefobia?

Luis Alfonso Sosa, psicólogo y quien estuvo presente en aquel Once Caldas dirigido por su amigo Luis Fernando Montoya, que llevó a dicho equipo a ganar la Libertadores de 2004, comenta que estas actuaciones se presentan porque existe un trastorno de Niquefobia.

“Yo quiero iniciar por algo que voy a hablar solamente de los futbolistas, sin meterme en las otras disciplinas deportivas. Normalmente, popularmente decimos que a nuestros futbolistas, a nuestros equipos, a nuestras selecciones masculinas y femeninas, siempre les falta el cinco para el peso, que somos pecho fríos. No, lo que hay es un trastorno en la parte emocional del equipo, que se llama niquefobia”, comenta Sosa, al explicar que ese término se define como el miedo profundo a la victoria en los instantes decisivos de la competencia.

El peso de lo emocional en el fútbol colombiano

Para Luis Alfonso, ese miedo no solo afecta a los futbolistas dentro del campo. También impacta a los cuerpos técnicos y a los directivos, quienes en instancias definitivas parecen cargados de la misma inseguridad.

“El problema es doble: además de la presión propia del juego, el fútbol colombiano es particularmente vulnerable a lo emocional. Cuando jugadores y equipos se dejan arrastrar por la euforia de la hinchada o por la ansiedad del entorno mediático, se pierde la claridad mental que debería primar en la competencia. La diferencia clave está en entender que el rol del futbolista es competir y ejecutar, no celebrar antes de tiempo”.

Ese desbalance entre la cabeza fría y la pasión desbordada se encuentra buena parte de las frustraciones históricas: equipos que parecían imbatibles y se desplomaron en partidos decisivos, selecciones que se quedaron a un paso de la gloria y, sobre todo, la sensación repetida de que la emoción puede más que la razón.

“Esto es un fracaso, la verdad”, dijo Dayro Moreno al finalizar el partido. El atacante pidió “disculpas” a la hinchada. “Toca ahorita tener cabeza fría y pensar en lo que viene”, agregó desconsolado y a punto de llorar. El Once, cargado de frustración, aterrizó de su sueño y ahora se debe levantar para estar a la altura de sus siguientes retos, entre ellos la Liga de Colombia.

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