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El versículo 1-9 de Josué, en el Antiguo Testamento dice: “esfuérzate y sé valiente, no temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo donde quiera que vayas”. Con esa sentencia se identifica el arquero Andrés Felipe Mosquera Marmolejo, quien durante los dos años estuvo como suplente de David González en el Medellín.
Fue en esa fuerza interna y fe en la que el guardameta, de 28 años, nacido en Carepa, se apoyó para esperar su oportunidad en el rojo.
Han sido 24 meses de trabajo callado, constante y paciente, tiempo en el que dice, trató de aprender al máximo de David, siempre con la ilusión de ganarse la titular.
Ahora realiza la pretemporada con la responsabilidad de ser el principal del Poderoso, como tanto lo ha anhelado.
¿Qué fue lo más difícil de esa espera de dos años?
“Desde que llegué al Medellín lo hice sabiendo que tenía que jugarme el puesto con un arquero experimentado, ídolo del equipo, un gran profesional, referente, dispuesto a darlo todo y por lo que nunca dio ventajas. Vivimos una sana pero fuerte competencia, fueron dos años de trabajo constante, con humildad, con una buena relación y una linda amistad, siempre con la fe de que mi oportunidad iba a llegar”.
¿Qué aprendió de David?
“Mantuvimos un buen diálogo, me enseñó bastante a conocer todo lo que él vivió en Europa, porque me ayudó a seguir mejorando en lo deportivo, nunca fue egoísta y compartimos tips sobre detalles para mejorar en aspectos como la forma de agarrar el balón, la manera de achicar, cómo moverme en el arco, aprendí mucho también en el tema de liderazgo y en el manejo de grupo. David es un arquero que admiro y respeto”.
¿Qué consejo le dio?
“Antes de empezar pretemporada me dijo que aprovechara esta oportunidad, que la disfrutara, que la merecía y que nunca diera ventaja. La verdad eso me dio mucho ánimo, porque David es un referente y así como él lo hizo, quiero afianzarme en el puesto”.
¿De dónde sacó esa fortaleza para soportar la espera?
“De la parte espiritual, de confiar en Dios, no desesperarme, no perder la calma, de trabajar fuerte, firme, con una buena sonrisa y la mejor disposición para entrenar. Los profesores han visto eso en mí y saben que lo estoy dando todo”.
¿Qué le ha aportado la llegada de Aldo Bobadilla?
“Me ha servido mucho, se mantiene atento al trabajo de nosotros, siempre exigiendo, pidiendo cosas como solidez, liderazgo, seguridad, sabe del puesto y nos ayuda mucho a corregir detalles que él conoce de esta posición”.
¿Cómo asume este reto?
“Me siento tranquilo, confiado por el trabajo que he hecho y el respaldo que me ha dado el grupo, el profesor y las directivas, eso me da fuerza para demostrar que tengo la capacidad de hacer las cosas bien. Quiero escribir mi propia historia con el DIM, mi estilo y dejar huella en el arco rojo”.
¿Alguna llamada o mensaje que lo haya sorprendido?
“He recibido mensajes muy bonitos no solo de David, sino de Germán Cano felicitándome por el nuevo rol y eso me llena de alegría porque son dos grandes referentes” .
Periodista de la Universidad del Quindío. Cuyabra hasta los huesos y mamá de un milagro llamado Mariana, amante de la salsa y apasionada por el deporte.