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Calidad del aire no frenó del todo la actividad

En bicicletas, patines o a pie, adultos y niños salieron a hacer deporte. Otros prefirieron cuidar la salud.

  • En el anillo interno del estadio se vio gran afluencia de personas practicando deporte, a pesar de la cancelación de la ciclovia y el cierre de los escenarios. FOTO julio césar herrera
    En el anillo interno del estadio se vio gran afluencia de personas practicando deporte, a pesar de la cancelación de la ciclovia y el cierre de los escenarios. FOTO julio césar herrera
  • La pista de atletismo que usualmente tiene deportistas desde las 5:00 a.m. lució solitaria y desolada.
    La pista de atletismo que usualmente tiene deportistas desde las 5:00 a.m. lució solitaria y desolada.
  • Algunos deportistas recreativos tuvieron que compartir la vía con los carros y con otros actores viales.
    Algunos deportistas recreativos tuvieron que compartir la vía con los carros y con otros actores viales.
  • Otras personas decidieron salir a hacer ejercicio con tapaboca y otros elementos. Fotos julio césar herrera
    Otras personas decidieron salir a hacer ejercicio con tapaboca y otros elementos. Fotos julio césar herrera
09 de marzo de 2020
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En medio del ambiente denso y pesado que envuelve por estos días a Medellín, por cuenta de la contingencia ya característica de este época del año, algunas personas restaron importancia a las recomendaciones emitidas desde el sábado para evitar la actividad al aire libre y llegaron hasta la unidad deportiva Atanasio Girardot para gozar de un rato de recreación y deporte.

Mientras escenarios como la cancha Marte, el estadio de atletismo, las canchas de tenis y las piscinas estaban desoladas, por la decisión de cierre del Inder -entidad que los administra- en los alrededores, pasillos y corredores internos y externos del estadio había gente que transitaba en patinetas, bicicletas y patines, en una muestra de que, para muchos, ni las medidas restrictivas son suficientes para hacerles dejar la rutina del fin de semana.

Eso sí, la reducción de público, en relación con las cifras mensuales que maneja el Inder, de 105.000 usuarios en las 12 tramos y 65 km de ciclovía fue considerable, percepción sustentada en las bajas ventas que atestiguaron comerciantes de todo tipo. Esto evidencia que, a pesar de que Medellín es una ciudad con una profunda cultura deportiva, una buena parte de los practicantes se tomó en serio las advertencias sobre la calidad del aire.

Sin embargo, para algunos como José Fernando Bedoya y su hijo Nicolás, de cinco años, privarse de un rato de esparcimiento dominical no fue una opción.

“No vivo con la mamá del niño, entonces por eso y por mi trabajo, el único día que me queda para compartir con él es el domingo, siempre lo traigo a montar patineta, así estamos juntos y disfruta del traído del Niño Dios, porque este es un lugar seguro y podemos llegar e irnos en metro hasta la casa; por eso estamos acá”, dice el joven padre.

Presencias como la José Fernando y su hijo, así como las decenas de novios, esposos y amigos que ocuparon parte del complejo deportivo, fueron de gran alivio para Gregorio García, un venezolano que lleva año y medio en Medellín, y 7 meses vendiendo bananos los fines de semana en el sector. “Gracias a Dios no todos se quedaron en casa, porque así la venta no va a ser tan mala”, afirma Gregorio, quien asegura que en un domingo normal puede vender entre 200 y 300 bananos, que le dan para el sustento de su familia.

García, consciente de la situación ambiental, reflexiona sobre la pertinencia de las medidas: “Mire, uno trata de ayudar con el medio ambiente, pero ¿por qué las medidas son solo para los carros, qué pasa con las empresas que contaminan, con los buses y volquetas viejas que ve uno todos los días en las vías?”.

Pensamiento que comparten Ricardo y Teresa, un par de abuelos que combinan sus días, entre el campo y la ciudad, haciendo sus caminatas. “No nos vamos a quedar encerrados porque no sentimos nada, uno sí ve la ciudad como oscura, pero a veces no creo tanto en lo que dicen. Es una exageración. ¿O sí estamos así de jodidos?”, cuestiona este pensionado que va sin afán por su tercera vuelta al circuito externo del estadio.

Otros como Giovanny Londoño, un ciclista recreativo que ajusta 7 años asistiendo a la ciclovía, la medida los tomó por sorpresa. “La verdad no sabía que habían cancelado la actividad, siempre vengo a montar bicicleta y a nadar, hoy (ayer) no pude ingresar a la piscina pero igual voy a hacer el circuito porque me siento bien y veo que hay mucha gente también montando”.

En zonas como la Autopista y sectores como El Poblado, de tradicional dominio de ciclistas y caminantes, los carros retomaron el control timidamente conforme avanzó la mañana.

En una ciudad que vibra los domingos al ritmo del deporte, fue una jornada extraña, más allá de los rebeldes y despistados que prefirieron salir, aún con el aire denso, en lugar de quedarse en casa para ver en el horizonte el gris característico de una ciudad que por estos días está lejos de ser primaveral.

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