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El deporte fortalece su labor de madres

La baloncestista Mariluz Valencia y la voleibolista Erika Grisales, dos mujeres que cumplen a la perfección como deportistas y mamás.

  • Mariluz Valencia y sus hijas Valeria Pérez (7 años) y Manuela Santamaría (14 años) también viven unidas a través del deporte. foto Manuel Saldarriaga
    Mariluz Valencia y sus hijas Valeria Pérez (7 años) y Manuela Santamaría (14 años) también viven unidas a través del deporte. foto Manuel Saldarriaga
10 de mayo de 2015
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El baloncesto es una especia de religión en la casa de Mariluz Valencia Arbeláez y el elemento en común con sus hijas Manuela Santamaría y Valeria Pérez.

Antes de aplicarse el maquillaje que las hace ver más bellas y de adornar su cabello con una moña que les resalta su feminidad, primero está la pelota naranja.

“Esa no se puede quedar”, dice Mariluz, porque con este implemento deportivo ella ha conseguido múltiples logros para el departamento.

Manuela ha brillado en dos torneos de Ponybásquet y Valeria empieza a abrirse espacio, también en el coliseo Iván de Bedout, una especie de segundo hogar, porque con frecuencia se les ve allí.

Con el respaldo de su esposo Andrés Pérez Ramírez, Mariluz les inculcó a sus chicas el tema de este deporte como estilo de vida saludable. “Nos desarrolla habilidades, inculca el valor de la competencia y genera la integración, porque ofrece la posibilidad del desarrollo físico, intelectual y social”.

Orgullosa, porque “mis niñas se enamoraron de este deporte al verme jugar tanto rato y ahora hacen parte de Promesas-DIM”, esta abogada egresada de la U. de A., admite que el Día de la Madre la motiva y así sea una fecha comercial, la considera “la ocasión especial para destacar las distintas facetas de la mujer en la sociedad y compartir con las hijas”.

Ellas, casi siempre, le regalan cartas, flores y de vez en cuando, cuenta, “me hacen unos huevos, a veces sin sal, producto del amor que nos caracteriza”.

A los 13 años Mariluz ya representaba a Antioquia en los nacionales infantiles bajo la orientación de Rafael Manjarrés, tampoco olvida que disputó tres eventos internacionales con el vallecaucano Jorge Cárdenas de entrenador.

La seguridad que la ha caracterizado durante más de dos décadas le sirvió para ser poste en el equipo que estuvo en el Nacional mayores en el maxibaloncesto, el año pasado, con la entrenadora Dora Gómez y la mantiene motivada para defender la titularidad en el grupo de egresadas de la Universidad de Antioquia.

Esa constancia, disciplina y talento le generan orgullo a Manuela (también poste como su progenitora), quien le ha regalado varias manillas con la plata que le queda de los algos. “De mi mamá resaltar su labor de madre y el ejemplo que nos ha brindado”.

Valeria, con siete años de edad, hace sus primeros lanzamientos como armadora, y aunque sueña ser arquitecta, también destaca el impulso que su madre le ha dado para seguir en baloncesto. Como reciprocidad, hoy celebrará el tradicional Día de Madres con lo que más le gusta a ella: un merengón de guanábana.

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