El trail running es un deporte que viene abriendo espacios como una disciplina que sacó a mucho atleta del cemento y lo trasladó a la montaña.
“Nos lleva a trotar por senderos en cerros y montañas, cruzando arroyos y ríos, con grandes trepadas y abruptas bajadas”. Así lo define Julián Castaño Ospina, quien viene de ser segundo en la carrera nacional de Chicamocha.
Esta actividad se diferencia del senderismo en que, por lo general, se lleva a cabo en lugares más agrestes, muy a menudo en terrenos montañosos con grandes pendientes, donde se asciende y desciende continuamente. Tanto la naturaleza del terreno como el desnivel del recorrido, además de la distancia, son dos características fundamentales de un recorrido de trail running. “En el senderismo se hacen distancias más cortas y siempre caminando (rara vez más de 15 kilómetros), mientras que el trail running no tiene límite de distancia y se trata de hacerlo trotando o corriendo”, dice Castaño.
Para este contador de 31 años, nacido en Rionegro, esta práctica ha crecido tanto que ya se ven carreras con más de 200 participantes en Antioquia.
“Es un deporte muy atractivo, pero bastante exigente, por sus recorridos y terrenos. Hay que alimentarse muy bien, pero especialmente hidratarse. Además de sacrificios que hay que hacer, porque en mi caso para cumplir con mi trabajo en Suramericana y entrenar, me toca levantarme todos los días a las 4:00 de la mañana y practicar por lo menos hora y media”.
Son carreras que van entre los 10 y 167 kilómetros y las distancias las escogen sus practicantes según sus capacidades. “No es fácil hacer recorridos de más de 27 horas seguidas como me tocó en Chicamocha, donde el que llegó de último utilizó 49”.
La carrera más importante del mundo es el Ultra Trail del Mont Blanc, Francia, en agosto. Para registrarse se deben completar 9 puntos en tres clasificatorias y luego participar en una rifa, porque el número de participantes es limitado: 3.000. Los inscritos superan los 10.000.