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“La bicicleta me ha dado vida”: bicicrosista paralímpico

Este joven antioqueño se convirtió en ejemplo de superación. A los 7 años perdió su pierna izquierda, pero eso no le impide sobresalir en BMX.

  • Julián David Molina, nacido en Andes, da muestras de destreza en su bicicleta. FOTOs cortesía Red Bull
    Julián David Molina, nacido en Andes, da muestras de destreza en su bicicleta.
    FOTOs cortesía Red Bull
  • “La bicicleta me ha dado vida”: bicicrosista paralímpico
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  • “La bicicleta me ha dado vida”: bicicrosista paralímpico
12 de abril de 2017
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Eran las 11:00 de la mañana y varios muchachos descendían raudos en patinetas por la “Falda de Mateo” de Andes, municipio del Suroeste antioqueño en el que abundan las lomas. Julián David Molina Saldarriaga, a gran velocidad, se le atravesó a una “chiva” o carro escalera, como se les conoce a esos vehículos coloridos en los que los campesinos llegan al pueblo. Su cuerpo frágil quedó tendido en el piso.

-Iba súper rápido, desde niño siempre me gustaron los deportes extremos, cuenta sin inmutarse hoy, a sus 18 años de edad.

En ese entonces tenía 7 años. Lo atendieron en el hospital local, pero ante la gravedad de las heridas debieron trasladarlo a Medellín.

En el Pablo Tobón Uribe le amputaron la pierna izquierda para evitar que la gangrena acabara con su vida.

-Un amigo me dice que es como si yo nunca me hubiera dado cuenta que tuve un accidente: hago muchas cosas, volteo parejo, jamás vi la falta de una pierna como una limitante, añade este joven flaco y cabello largo y crespo, quien encontró en la bicicleta de BMX una opción de vida.

En medio de su inocencia infantil siguió jugando fútbol y nadando, una de sus aficiones. Y a la par alimentaba su pasión por las ruedas.

Ante la escasez de dinero de sus padres -Rubén Darío, zapatero y cotero, y Dalila, ama de casa- a los 12 años empezó a vender chicles y dulces para ahorrar y comprarse la cicla que soñaba. Los domingos, día de mercado, eran sus preferidos por buscar clientela.

-Recuerdo que en noviembre, recién cumplidos los 13 años, no aguanté y destapé ese marrano (alcancía) -relata entre risas.

A un vecino le compró por 1.000 pesos un marco que iba a chatarriar y empezó a armar su máquina. Otra persona le regaló la pintura, hasta que tuvo todo listo para el aparato.

-La gente del pueblo empezó a apoyarme y los del canal de televisión me hicieron una nota porque les parecía curioso verme montando y haciendo piruetas. Todo fue fluyendo.

Cinco meses después su mamá le recomendó mandar fotos y un video a la Teletón Colombia, pidiendo colaboración. Julián, incrédulo, aceptó solo por verla feliz. Al momento de enviar la información, se equivocó y el material se fue para México, aunque luego corrigió.

-Me respondieron más fácil de México: “Hola Julián, soy David Cuevas de Cuernavaca. Estamos viendo tu video, impresionados, y te queremos apoyar”.

Se estableció entonces una buena relación y Cuevas lo asesoró hasta conseguirle la primera bicicleta profesional que le enviaron de EE. UU.

-Llegó empacadita en una caja toda bonita. David me dijo que montara videos y agradeciera, fue mi guía en las redes sociales.

Así, a los 14 años, llegó el impulso que buscaba. Y a pesar de que su aprendizaje deportivo ha sido empírico, sus coterráneos Andrés Felipe Valencia y Cristian Mejía (La Garza), expertos en BMX, le enseñaron algunos secretos.

Unos amigos de Bogotá le hicieron un documental que vio el norteamericano Mike Ives, un hombre que apoya a deportistas con discapacidad, quien lo invitó dos meses a su país y le donó la prótesis. Viajó con su hermana mayor.

Por su carácter extrovertido y alegre, allí se dio a conocer y logró el contacto con Red Bull (ver anécdota), compañía que le acaba de hacer un video para uno de sus programas. “Me lanzó a la fama”.

Julián se graduó de bachiller y ahora trabaja con la Alcadía de Andes promocionado su especialidad y forjando nuevos sueños: tener su propia tienda, fabricar rampas, marcos y afianzar su marca que ya tiene un nombre (Jbikecrutch) que se ideó con su novia Daniela Oquendo.

-Quiero viajar, apoyar mi familia, conocer gente. La bicicleta me ha permitido conocer muchos lugares, me ha dado vida. Soy un luchador, no me quedo lamentándome como lo hacen muchos porque les falta un pie, una mano, una uña....

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