Asus 74 años, María Carlina Tamayo de Restrepo se ha convertido en toda una celebridad del squash nacional, no solo por ser ejemplo como atleta, sino por su jovialidad y su espíritu deportivo.
Cualidades que, mientras contiene las lágrimas, dice, heredó del amor de su vida, su esposo Bernardo Restrepo, un consagrado atleta que le dejó a su familia la pasión por la práctica del deporte.
Y aunque los primeros años sin su amado, fueron duros y difíciles, ella siempre buscó la manera de seguir activa, por ello mientras caminaba en el Country Club, descubrió las canchas de squash.
Inquieta siempre por la actividad física preguntó ¿qué necesitaba para entrenar? y al recibir como respuesta, que “las ganas de hacerlo”, de inmediato cruzó la puerta para conocer del deporte.
De eso hace ya 3 años y medio, tiempo en el que nunca ha faltado a clases, y aunque está fuera de competencia, pues no hay en el país deportistas de sus características y edad, ella se le mide a rivales juveniles, novatas que apenas inician en el squash, con quienes comparte, aprende y se entretiene.
El año pasado la Federación Colombia de Squash le hizo un homenaje, flores y placa que la identifican como la reina nacional. Desde mañana será una de las invitadas especiales en la primera Válida Nacional
Los deportistas de todo el país preguntan por ella en las competencias, ya se acostumbraron a verla en acción, dando ejemplo y acompañando a su nieto Mateo Restrepo, quien da pasos acelerados por figurar a nivel nacional.
Ella no se pone límites, mientras tenga energía seguirá con su raqueta, sus tenis y sus ganas, engalanando las canchas de squash del país, ampliando su círculo de amigos y admirando a Miguel Ángel Rodríguez, uno de los consentidos, no solo por sus logros deportivos sino por su calidad humana.
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