Algunos padres pudieron sentirse identificados con el comercial donde el niño le dice a su mamá que debe ir disfrazado de castor a la escuela y cuando finalmente la madre termina, el niño empieza a cantar “vamos castores vamos”. Momento en que la mamá comprende que su esfuerzo para hacer de su hijo un roedor fue en vano.
Sin embargo, quienes más recuerdan historias de disfraces fallidos, o que hasta pudieron avergonzarlos, son esos niños que ahora son adultos.
La improvisación de los padres para crear un disfraz iba desde collares, pañoleta, falda larga y lunar al lado de la boca para lograr una gitana, hasta colas a los lados, pecas, gafas y vestido corto para simular a la Chilindrina.
Improvisados, inventados, originales, creativos, lo importante para hoy y mañana es arriesgarse a ser alguien diferente. Algunos personajes de la farándula local nos contaron cuáles fueron sus disfraces fallidos.
“Decidí asistir a una fiesta de disfraces a último momento y como, lógicamente, no había preparado mi disfraz, resulte con orejas de ratona, capa de Caperucita roja, maquillaje de gata y un mini vestido. Ni yo sabía de qué estaba disfrazada, creo que de un salpicón sexy, (risas). Ha sido mi único disfraz fallido, definitivamente”, dice Jenniffer Quintero, modelo y participante del realiti Are you the one?, de Mtv.
“Cuando tenía 9 años, me quise disfrazar de Cantinflas porque siempre le he tenido mucha admiración. En la casa me empezaron a ayudar y fue un fracaso absoluto porque aunque yo estaba seguro que era Cantinflas, en la calle todos me preguntaban de qué era el disfraz, fue un fracaso absoluto”, recuerda Camilo Patiño, el vocalista de la agrupación paisa La Toma.
“Mi anécdota con los disfraces fue que pequeño me iba a disfrazar de ninja, y justo ese día me dio conjuntivitis. Le pude dar un poco de realismo al disfraz porque me tuvieron que maquillar mucho y parecía que era un ninja al que le golpearon demasiado la cara, parecía un ninja que había peleado. Entonces en el colegio fue muy llamativo y me decían que qué disfraz tan bien hecho, que tan bonito, y como yo tenía seis años cuando eso, ya solo quería ser ninja y me disfracé como tres años seguidos igual”, cuenta Feid, cantante y compositor de música urbana.
A estás alturas, cada lector debió haber recordado su experiencia con su disfraz, que al ser una historia pasada, va de la pena a la risa.