A primera vista se veía como esas cabezas de taxidermia, esas disecadas de animales para conservarlos con apariencia de vivos. Eran cabezas de lobo, de león, de puma, y estaban como prendas de la firma Schiaparelli lucidas entre otras por las top Naomi Campbell e Irina Shayk.
Pero no eran reales, todo era una ilusión, trampantojos —dicen los españoles— de espectaculares figuras falsas de taxidermia.
Campbell lució un abrigo de pelo con una cabeza de lobo en un hombro, mientras que Shayk llevó un vestido de terciopelo y escote palabra de honor con un león. El último vestido de esta línea fue uno con estampado de tigre blanco y la reproducción de la cabeza del animal en la delantera.
Las figuras fueron construidas a mano a partir de espuma y resina, principalmente. La empresaria e influyente Kylie Jenner, invitada al desfile, acudió con el vestido con cabeza de león, adelantándose incluso a la pasarela.
“Elsa Schiaparelli siempre sorprendió con su trabajo y, con los años, la gente ha aprendido a venir a Schiaparelli con espíritu de curiosidad. No sabes lo que te vas a encontrar”, destacó en una nota de prensa ofrecida a los asistentes el director creativo de la marca, el estadounidense Daniel Roseberry.
En esta temporada, el diseñador se ha centrado menos en la espectacular bisutería de la marca y ha puesto el foco en el surrealismo en las prendas y la fina barrera que separa la realidad de la ficción.
¿Es realmente una cabeza de león?
No. Lo mismo ocurre con los adornos que componen una falda, que parecen lentejuelas y son piezas de madera. El terciopelo cambia de color según la luz con la que se mire, como si fueran las alas de una mariposa.
Un corsé es en realidad una plancha de madera y otro ha sido creado en cobre patinado, un trabajo en el que se demoraron cuatro meses.
La innovación y la técnica están en el corazón de la marca, y más desde que Roseberry asumió las riendas de la firma surrealista por excelencia.
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También llamó la atención un vestido de lentejuelas bordadas con dos conchas cubriendo el pecho o una chaqueta tipo bolero, muy torera, con bordados de lana en seda y pompones de mohair.
El desfile, que tuvo lugar en la entrada del Petit Palais de París, acogió a numerosas celebridades como las actrices Diane Kruger, Rossy de Palma, Philippine Leroy-Beaulieu, la exmodelo Inès de la Fressange o la cantante Doja Cat, que acudió completamente revestida de brillantes rojos (cabeza y rostro incluidos).
Los excesos de estilismo están más que permitidos durante la Alta Costura, pero, ¿a qué costo? Por lo menos lo de Schiaparelli ha generado bastantes cuestionamientos.