Esta es una historia de país. A Juan Pablo Socarrás lo inspiraron las rayas que se ven en Colombia en las hamacas de San Jacinto, las tramas del sombrero vueltiao, los cañaguates florecidos del Cesar, las casas veraniegas que se ven en la Costa.
También Eufenia, Luisa Santiaga, Sara Simona y Manuela Cristina. Su historia se contará este jueves en la pasarela Volver a comenzar, cuando sean las 8:00 de la noche.
Socarrás no estará solo. “Hay diseño de cocreaciones colombianas con 30 jóvenes talentos y aparte están los empresarios del programa Vivimos pacíficamente, que ahora es una marca. Ellos son unos 33, más todas sus empresas, somos más de 800 personas trabajando”, dice.
Ha dormido poco en las últimas semanas. Es la expectativa del desfile. El inicio es una red que se va conectando: empezó mediante el programa Inclusión en los Mercados que se realiza desde hace dos años con población víctima del conflicto armado. Los apoya el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y Propaís.
Algunos empresarios vinculados a ese programa crearon la Precooperativa Red-i y estos, a su vez, Vivimos Pacíficamente, que cuenta ya con dos colecciones, 2015 y 2016. Volver a comenzar es uno de sus proyectos.
Verse en pasarela
Socarrás trabaja en equipo. Se trata de dejar el ego a un lado. “Aquí no importa mi nombre, estamos sumando para ser más, lo que vamos a mostrar es una colección de país”.
Para el diseñador, el mensaje a compartir en la feria es que los miren como emprendedores, personas con talento. “Considero que a quienes hacen parte de este programa debemos dejar de llamarlos víctimas. Tenemos que incluirlos en la sociedad como empresarios colombianos de la moda. No podemos seguir victimizando a nadie. Hay que limpiarnos las piernitas, seguir caminando y mirando hacia adelante”.
Para eso también está la pasarela. Eufenia, Luisa Santiaga, Sara Simona y Manuela Cristina son las tías abuelas costeñas del creador, y su vida estará recreada en cada pieza. “Yo quiero mostrarles un poco de las historias colombianas, ellas son las mujeres de mi vida, cada mujer tiene un estilo de vida diferente, que se puede plasmar en todas las colombianas”.
Así que aunque sea una historia muy de patria, para Socarrás es un relato con un adn muy colombiano, que no deja un lado lo internacional: de aquí para el mundo.