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Convertirse en el cuarto hombre en la historia del ciclismo que termina en el podio de las tres grandes carreras en forma seguidas, habla de la clase y el talento de Nairo Quintana.
Semejante gesta solo la habían protagonizado tres legendarios campeones: el belga Eddy Merckx, el francés Bernard Hinault y el español Carlos Sastre. Así lo señala el estadígrafo MisterChip.
Ayer, en Milán, en medio de la ovación, Nairo salió con la cabeza en alto y, sonriente, sacó pecho para bañarse en champaña y celebrar el segundo lugar del Giro de Italia, reconociendo también la superioridad del campeón, Tom Dumoulin (Sunweb), que estaba en las cuentas de muy pocos pero quien impresionó con su espíritu batallador.
Por solo 31 segundos, el colombiano se privó de lograr su segundo título de la competencia, tras el alcanzado en 2014. Tercero en la general fue el vencedor de 2016, el local Vicenzo Nibali (Bahrain), a 40.
En la etapa de cierre, una contrarreloj de 29.3 kilómetros entre Monza y Milán ganada por el holandés Jos van Emden (LottoNL), Nairo sorprendió.
A falta de unos 15 km para el final, el boyacense, por escasa diferencia -tres segundos-, aún se mantenía de manera virtual en el liderato (tras iniciar con 53 segundos de ventaja). Esto demuestra el progreso tenido en la modalidad. En la primera contrarreloj de la décima etapa (39.8 km) había perdido 2.53 con Dumoulin.
Es el tercer pedalista que pierde el liderato en la última etapa del Giro, luego de Laurent Fignon (1984) y Joaquim Rodríguez (2012). Sus palabras evidencian tranquilidad.
“Un podio no es para decepcionarse. No somos máquinas para hacer todo como se plantea, y no todas las veces se recoge premio cuando haces un trabajo grande”, expresó Quintana, quien a sus 27 años de edad logró su sexto podio en una grande.
“Estoy contento y satisfecho. Lo mejor fue el gran trabajo de equipo, estoy agradecido. No sabemos si se podría haber hecho mejor o peor, pero estamos en el podio y es lo importante”.
Quintana, quien a comienzos de julio actuará en el Tour de Francia, elogió el nivel de Dumoulin, primer holandés que triunfa en cien años del Giro. “No era el rival principal pero nos acabó batiendo a todos. Fue muy fuerte en las cronos, supo resistir en la montaña y merece este triunfo”.
El corredor que nació en Cómbita, y quien tras su presentación en esta cita escaló al sexto lugar del ranquin del World Tour, manifiesta que el Giro le sirvió para crecer como ciclista. “Lo de hoy -ayer- es una enseñanza más para el futuro. Hubo días de montaña donde quizás habría podido dar más. Las fuerzas eran las que eran. Sabíamos que teníamos que llegar con más tiempo a esta crono. 70 kilómetros (39.8 km en 10a.) son muchos para mí ante especialistas como Tom, pero pienso que supimos defendernos bien”.
Ganador de una etapa, y portador de la maglia rosa 3 días, resaltó la efectividad que sigue teniendo. “Nos llevamos muchos puntos a favor al Tour -las sensaciones y la condición, principalmente- y también detalles para corregir. El Giro será un gran análisis en ese sentido.
A la prueba francesa, 1° al 23 de julio, Nairo llegará con sed de gloria. “Voy a tratar de ganarlo, es mi obligación”.
Periodista del área de Deportes