El 27 de septiembre de 2023, se desarrolló el primer Café al Parque, una invitación para que todos los cafés de especialidad de Bello disfrutaran de la experiencia de este fruto en sus diferentes métodos de extracción. Ese encuentro encendió un cooperativismo que fue el punto de partida para la creación de la Corporación Cafés del Norte, una unión de once locales dedicados al café de especialidad, desde tiendas, exportadores y caficultores.
En Colombia, país cafetero, la cultura dominante es la del tinto, la de la “pasilla”, un café brocado, malo o vinagre que se tuesta a altas temperaturas para ocultar sus defectos, dejando el amargo que exige azúcar o aguapanela. “Esa pasilla es la que enferma”, sentencia Carlos Consuegra, representante de la Corporación y copropietario del café 1030 junto a su esposa Claudia López. Él cuenta como ella y la esposa de su socio, Alexander Ramírez, dueño de Alma Libre Coffe, sufrieron consecuencias de salud por esta bebida, lo que también priorizó una de sus metas personales, demostrar que el café de especialidad es salud.
En Bello, cerca de 157 familias cultivan café en siete veredas. “La gente no conoce la ruralidad del municipio, y eso es lo que nosotros también queremos destacar”, dice Alexander. Aunque son en su mayoría transformadores, también integran a caficultores como John Arley Henao, de El café de mi amá, llamado así porque procesa el café que cultiva su mamá en Liborina. “Nos fuimos dando cuenta de que había otros mercados, como el café de especialidad, para los que estábamos produciendo”, narra.