Carta abierta: Apreciados amigos y compañeros:
Me atrevo a escribirles no con otra autoridad que la de haber aprendido de ustedes a amar y a defender incondicionalmente a EPM.
Saben bien que la experiencia mejor de mi vida fue en ella y con ustedes como coequiperos.
De ustedes aprendí que la dedicación a lo público con honradez y eficacia es el mejor servicio que se le puede prestar a la comunidad.
EPM sigue siendo un ejemplo de manejo de lo público y su fortaleza económica, patrimonial y de resultados, tanto monetarios como de servicios, la hacen brillar en el contexto nacional y latinoamericano.
No tengo que convencerlos de que el desarrollo del Área Metropolitana y hoy del Departamento todo, está ligado indispensablemente a EPM.
Cierren los ojos un momento y visualicen a Medellín y Antioquia sin EPM. ¿Qué sería? ¿Qué servicios públicos tendríamos? ¿Qué calidad de agua? ¿Qué servicio de energía? ¿Cuál sería nuestra calidad de vida? ¿Quién le suministraría millonarios recursos al Municipio?
EPM es la única empresa pública pura de servicios públicos que queda. ¿Las de la Costa? ¿Emcali? ¿ETB? Y muchas otras más ¿En qué quedaron?
El próximo 30 de octubre elegiremos alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia.
No escapa a ninguno de ustedes que esta elección toca, sin duda alguna, el futuro de EPM.
No tengo que refrescarles la memoria. Ustedes fueron testigos de excepción y puede buscarse en los archivos de prensa, el desprecio del Dr. Luis Pérez por los técnicos y empleados de la empresa.
Sabemos del manejo que se le dio a la misma, de los escándalos y uso de los recursos de EPM y del inusitado nombramiento de tres gerentes en ese período.
También tienen claro su discurso populista que pone en peligro la solidez de la empresa para futuras generaciones.
Del Dr. Álvaro Vásquez no tengo que hablar. Basta con recordar el trato dado a EPM, en todo lo ocurrido con Hidroituango.
Ustedes pueden ser decisorios en esta elección de alcalde y gobernador. Tienen una responsabilidad histórica con sus empleos, sus hijos, los hijos de sus hijos y la comunidad toda.
El voto es sagrado y no puedo yo indicarles su preferencia.
Lo que sí es cierto es que si ustedes y cinco de sus familiares y amigos deciden un apoyo, serán cerca de treinta mil votos que inclinarían el fiel de la balanza.
Un voto es definitivo. Después de las cuatro de la tarde del 30 de octubre, sobrarán las lamentaciones.
Ustedes, sus familiares y amigos deciden. No eludamos esta responsabilidad.
Con mi consideración y aprecio de siempre.
Ramiro Valencia Cossio.
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