Muy pocos se atreven a discutir que Róbinson Díaz es el mejor actor del país. Solo basta ver la trascendencia que ha logrado con su personaje de Óscar, en Vecinos, para darse cuenta de la capacidad actoral de este envigadeño, que disfruta como pocos de su trabajo.
Pese a que la televisión consume la mayor parte de su tiempo, Róbinson es un lector consumado de novelas policíacas y negras, de historia, de biografías y de clásicos como los Shakespeare.
A cada uno de sus roles le imprime su sello personal, algo de su personalidad. En Vecinos adaptó cada uno de los dichos y "tiros" que sus tías envigadeñas recitan constantemente.
Róbinson, que quiere retomar sus prácticas de esgrima, habló con la revista VIERNES sobre los alcances de Vecinos y sobre sus planes futuros.
¿Esperaba que una producción como Vecinos fuera a tener tanto impacto entre los televidentes?
"Obviamente cuando uno está haciendo un trabajo espera que sea bien recibido. Estoy muy contento con el proyecto, aunque yo soy solo parte de un eslabón en el que hay personas que escriben, actúan y producen. Tengo el privilegio de transmitir toda esa cantidad de ideas".
¿Qué tan complejo fue en su momento pasar de personificar el Cabo, en El Cartel, a darle vida a Óscar, en Vecinos?
"Ese es mi trabajo, obedece a lo que es la actuación. Yo hago personajes, no salgo a vender mi personalidad. Es salirse del terreno de las celebridades y apostarle más a la profesión, al ejercicio de actuar. Es todo un lujo, es maravilloso".
¿Fue difícil "crear" a Óscar?
"Es parte de mi trabajo, aunque no es tan fácil como cambiarse de calzoncillos. Es como jugar en otra cancha y hacer goles con otra camiseta. De eso se trata la actuación, de convencer con cada uno de los personajes que uno desarrolle".
¿Se nota que usted disfruta bastante con su rol en Vecinos?
"Me gusta porque hay muchos puntos de conexión entre Óscar (el personaje en Vecinos) y Róbinson Díaz. Me gusta mucho la manera de hablar, es un tipo divertido que tiene muchos 'tiros' y toda esa gozadera es de mi cosecha personal y eso se refleja en la pantalla. Los dichos me fascinan".
¿De dónde saca tantos "tiros" para alimentar a Óscar?
"Son cosas de mi mamá. de mi papá y de mis tías. Yo soy de Envigado y tengo una familia, especialmente mis tías, muy graciosa, que para todo tienen un dicho. Hago parte de ese repentismo paisa, de esa chispa que tenemos y me agrada 'joder' mucho con eso. En definitiva son cosas de mis cuchos".
¿Se siente más cómodo en la comedia que con el drama?
"Me gusta la comedia como género y trato de imprimir humor a cada una de mis actuaciones, que los personajes sean un reflejo de mi personalidad. También me gusta mucho lo dramático puro, pero siempre se me sale el humor, la picardía, el paisa".
¿Qué siente cuando escucha que usted es el mejor actor del país?
"Halagado, siempre ha habido esa correspondencia con el público. Eso significa que se están haciendo bien las cosas. Soy un agradecido con Caracol, que me permite hacer lo que me gusta, y con mis compañeros. Me alegra saber que mi trabajo contribuye a darle entretenimiento a tantas personas, que sirve para darle motivos para que rían".
¿Cómo hace para estar simultáneamente en la TV y el teatro?
"En mi trabajo siempre ha estado el teatro. Cuando estaba grabando El Cartel estaba en el montaje de Escuela de mujeres, de Molière, y cuando comenzó Vecinos hicimos Infraganti, una obra de Dago García y César Augusto Betancur, Pucheros, que esperamos llevar pronto a Medellín. Siempre estaré alternando mi trabajo con el teatro".
¿Y el cine?
"Esperamos llevar, junto con Dago, una versión de Infraganti al cine. Estamos en eso. Lamentablemente, la televisión consume la mayor parte de mi tiempo y no me deja hacer otras cosas".