Al cumplirse dos años de las negociaciones entre el gobierno y las Farc en Cuba, una carta al expresidente Álvaro Uribe para que apoye los diálogos surge como nuevo intento de sumar apoyos y evitar la polarización entre los sectores partidarios y detractores del proceso de paz.
El mensaje del exministro Álvaro Leyva, conocido mediador con la guerrilla en conversaciones anteriores, plantea el escenario de un cese el fuego bilateral de las confrontaciones armadas, con verificación de una comisión mixta de observadores internacionales y nacionales.
Con el argumento de que urge "parar ya mismo la contienda armada a fin de ponerle fin a las matanzas que prosiguen sin sentido alguno", Leyva llama al hoy senador a que apoye el cese el fuego sin renunciar a sus posiciones críticas.
"Encuentro que no es que usted haya sido y sea un enemigo cerril o grosero de la paz, como no lo fue del intercambio humanitario, sino que advierte su visión de un deber-ser de la paz, que incluye unos inamovibles que según usted deben ser tenidos en cuenta en procesos de reconciliación nacional", dice el exministro.
La carta pide a Uribe Vélez hacer preponderar la búsqueda de la paz sobre las diferencias políticas con un reconocimiento a la figura nacional que representa el expresidente y la influencia sobre millones de colombianos, que comparten su oposición al modelo de negociación con las Farc por considerar, según enfatizó el expresidente en entrevista con El Colombiano este domingo, que el actual proceso de paz es una "claudicación del Estado".
"Lo que pasa es que nosotros vemos unas políticas que aquí no vamos hacia la paz sino hacia la entrega del país, hacia la claudicación de la democracia colombiana ante las pretensiones del terrorismo", reiteró el exmandatario a este diario.
El expresidente recordó las condiciones denominadas "inamovibles" para evitar el deterioro de la seguridad durante las actuales negociaciones, al destacar que "en los últimos años ha habido un discurso grandilocuente de paz y un crecimiento aterrador de la violencia. Hay unas zonas del país que estaban en franco proceso de recuperación democrática y hoy están de nuevo sometidas a la férula del terrorismo".
También cuestiona "que la paz en una democracia no puede ser sobre la base de negociar la agenda nacional con el terrorismo", en directa crítica a la negociación de temas como el modelo agrario y la tenencia de la tierra, que fueron el primer acuerdo del actual proceso de diálogos.
Entre los "inamovibles" que defiende el expresidente Uribe Vélez para negociar con las guerrillas está el cese unilateral de los "ataques terroristas", de los secuestros, el reclutamiento forzado de menores y penas mínimas de prisión por crímenes de lesa humanidad y de guerra cometidos durante el conflicto armado.
El cese el fuego es uno de los temas más sensibles de la negociación y una de las propuestas de la guerrilla que tiene acogida entre sectores sociales partidarios de la salida negociada al conflicto, que han pedido al Gobierno que ceda en este asunto para brindar confianza al país que desconfía por los continuos ataques de la guerrilla, mientras en Cuba se habla de paz.
Analistas del conflicto como Jairo Delgado, general (r) de la Policía y director de análisis del Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga, quien sostiene que antes y durante momentos de tensión en diálogos de paz las guerrillas han intentado mostrar fortaleza militar para sentar posición en la mesa de negociación".
Considera que la decisión del Gobierno de no aceptar una tregua "busca impedir que la guerrilla se fortalezca y se pierda la ventaja militar lograda en los últimos 10 años, que obligó a las Farc a sentarse a dialogar".
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