El polémico plan de reforma de la salud, impulsado por el presidente Barack Obama, pasó su primer obstáculo clave en el Senado, que ahora tendrá un acalorado debate para decidir su futuro.
La iniciativa de ley busca extender la cobertura médica a unos 31 millones de estadounidenses que carecen de ella, combatir ciertas prácticas de las compañías de seguros y frenar la escalada nacional de gastos médicos.
Ayer los senadores comenzaron a manifestar sus exigencias, de cara al debate histórico que comenzará tras el feriado nacional del Día de Acción de Gracias, que este año se celebra el jueves 26 de noviembre.
Los demócratas cerraron filas el sábado por la noche para que el histórico proyecto pasara a debate con 60 votos contra 39.
El resultado había quedado sellado unas horas antes cuando las dos últimas senadoras demócratas cuyo apoyo no estaba garantizado, Mary Landrieu de Luisiana y Blanche Lincoln de Arkansas, anunciaron que votarían a favor de mandar el proyecto a debate en el pleno.
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