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HISTÓRICO
Así compró A. Vásquez acciones de Fogansa
  • Así compró A. Vásquez acciones de Fogansa | Cortesía Fogansa | El 16 de abril de 2010 la Superfinanciera le dijo a Fogansa que carecía de facultad y competencia para declarar ineficaz el negocio realizado entre Smart Web y Jorge Luis Ochoa. Ese limbo jurídico afectó el plan de negocios de la empresa, pero no deterioró su patrimonio, pues era un lío entre accionistas.
    Así compró A. Vásquez acciones de Fogansa | Cortesía Fogansa | El 16 de abril de 2010 la Superfinanciera le dijo a Fogansa que carecía de facultad y competencia para declarar ineficaz el negocio realizado entre Smart Web y Jorge Luis Ochoa. Ese limbo jurídico afectó el plan de negocios de la empresa, pero no deterioró su patrimonio, pues era un lío entre accionistas.
Germán Jiménez Morales | Publicado

Tres firmas integrantes del presunto 'cartel' de la contratación de la Gobernación de Antioquia; el ganadero Jorge Luis Ochoa Vásquez, que -dice- fue asaltado en su buena fe; y un conductor del IDEA, que simultáneamente es gerente de una empresa de papel, terminaron envueltos en un negocio de 5.999 millones de pesos que armó, a finales de noviembre de 2008, Álvaro Vásquez Osorio como gerente General del Instituto para el Desarrollo de Antioquia.

La operación nació del interés que tenía la Fundación Berta Arias de Botero (Fundarias) de vender más de 3,7 millones de acciones de Fogansa S.A., organización de la que el IDEA tiene el 33,98 por ciento, el Departamento de Antioquia el 0,39 por ciento y el Ministerio de Agricultura el 4,78 por ciento. Cada papel se ofrecía a 1.614,88 pesos y el vendedor daba la garantía de que si hacia el mes de junio de 2009 el comprador no había podido transarlo, se lo readquiría a 2.000 pesos.

Enterado del asunto por el propio vendedor, Vásquez Osorio le ofreció los títulos a un amigo, el empresario Gustavo Villa Merino, pero ni él ni Mauricio Mesa Londoño, expresidente de Ola, aceptaron. Igual suerte tuvo en la Junta Directiva del IDEA. Allí la iniciativa fue objetada por Julio Enrique Botero y Rafael Echavarría y, en lugar de obtener más acciones, se optó por fortalecer a Fogansa aportando el resto de la hacienda Montenegro y una tierra en Santa Elena.

Vásquez Osorio le afirmó a este diario que quería ayudarle a la Fundarias, la cual necesitaba los 5.999 millones de pesos para solucionar problemas de liquidez, generados, según dijo, por un robo continuado que le hizo una gerente. Fuentes de la Fundación sin ánimo de lucro advirtieron que "esa es una falacia", porque para la época, noviembre de 2008, la entidad tenía en su portafolio más de 50.493 millones de pesos en acciones inscritas en la Bolsa de Valores de Colombia. Prueba de su solidez, es que ese año invirtió más de 5.500 millones de pesos en programas sociales.

Movido por el altruismo, el empleado público le manifestó a la Fundarias que él no tenía dinero para comprar, que la información privilegiada la puso al servicio del IDEA, entidad que decidió no comprar, y que si le mantenían las condiciones él conseguía a unos amigos inversionistas.

"Que ellos pongan el dinero, yo pongo el negocio y cualquier utilidad que quede la partimos", recordó en diálogo con este diario durante una entrevista telefónica, realizada el pasado 13 de abril. ¡Hecho! Un sábado, en su tiempo libre, y en el club campestre en donde suele jugar tenis de campo, a las 10:00 a.m. ya había vendido los cerca de 6.000 millones de pesos en acciones.

Solórzano Editores llegó referido por el congresista antioqueño Gabriel Zapata Correa -versión que éste último confirmó- y se quedó con 1 millón 238.482 acciones. Vásquez Osorio contactó a Nelson Giraldo, distribuidor de licores de la Fábrica de Licores de Antioquia, quien entró a través de su hijo, David Esteban Giraldo, con 1 millón 114.634 acciones, mientras que Taborda Vélez y Cía -firma creada en Medellín en 1981 y que en 2009 cambió su domicilio a Bogotá- tomó 619.241 acciones.

También aceptaron la oferta Colcivil, Ingevías y Explanan (ésta última a través de la esposa de uno de los dueños). El trío pertenece al presunto 'cartel' de la contratación de la Gobernación de Antioquia y en la sola Secretaría de Infraestructura ha facturado más de 108.000 millones de pesos. "¿Tú estás juntando los dos temas?", preguntó Vásquez Osorio, ante lo cual se le manifestó que resulta llamativo que tres firmas que presuntamente obran en forma concertada en las licitaciones de obras públicas, aquí hayan tomado un paquete de 309.621 títulos, por más de 500 millones de pesos, y se lo hayan repartido en tres partes exactamente iguales.

El enlace fue el "Tuso" Carlos Mario Gallego Berrío, de Colvicil, a quien Vásquez Osorio conoció cuando el primero participó en una licitación en el IDEA, pero, añadió, nunca se ganó nada. Para John Jairo, hermano de Carlos Mario, esta fue una inversión normal, igual que las que hacen en TES o en otros papeles cuando disponen de recursos. En este caso, precisó, la rentabilidad no fue la esperada y a través de un comisionista de bolsa salieron de esos títulos.

El séptimo de los amigos de Vásquez Osorio era la firma Smart Web, y al preguntarle quién le había llegado de allí, expresó: "ay, yo quisiera que de eso habláramos personalmente".

De un solo título, el 0003467, salieron más de 3,7 millones de acciones, las cuales fueron cedidas por la Fundarias a los nuevos dueños. Todo parece normal, pero, justo ahí, comenzaron las irregularidades.

Los siete inversionistas pagaron lo acordado por los títulos, pero los nombres de dos de ellos, Smart Web y David Esteban Giraldo Parra, no fueron registrados en el libro de accionistas, con corte 30 de noviembre de 2008. Según consta en el expediente, al que tuvo acceso EL COLOMBIANO, ese libro fue anulado, por orden del gerente de Fogansa de la época, Mauricio Henríquez Mesa. La omisión del registro convertía en fantasmas a estos dos inversores y hacía creer que los 1,5 millones de acciones que ellos tenían se los había vendido la Fundarias a un octavo inversionista: Jorge Luis Ochoa Vásquez, quien en los 90 pagó una condena en la Cárcel de Itagüí por narcotráfico y quien fuera sindicado por las autoridades, entonces, como uno de los jefes del disuelto 'cartel de Medellín". Hoy Ochoa Vásquez ha recuperado plenamente sus derechos civiles.

Del fraude quedó una huella. Anulado el primer libro de accionistas, se hizo un segundo con la misma fecha de corte, pero en este dejaron registrados a Smart Web y a David Esteban Giraldo Parra con cero acciones, mientras que Ochoa Vásquez, que en su lícita actividad ganadera ya era socio de Fogansa de tiempo atrás, pasó de 8.884 acciones a 1 millón 556.986, una novedad que solo vino a conocerse en agosto de 2009 cuando Fogansa intentaba colocar más acciones en la Bolsa de Valores de Colombia y la Banca de Inversión de Bancolombia y Valores Bancolombia le dijeron que no tenía presentación salir a vender "con esta lista de accionistas".

La solución era que Ochoa Vásquez vendiera sus acciones, a lo cual accedió sin objeciones, pues, dice la misma fuente de Fogansa, el ganadero "se comportó de una manera decentísima en este proceso". Sin embargo, tres comisionistas de Bolsa no le quisieron manejar esa venta y se generó un nudo gordiano para cuya solución se tuvieron que elevar consultas a la Superfinanciera.

Hubo más faltas
La operación con Ochoa Vásquez se hizo el 29 de diciembre de 2008, época para la cual el título de Fogansa ya estaba inscrito en la Bolsa de Valores de Colombia y allí era en donde debía transarse a través de comisionistas bursátiles. Para ocultar la falta, Henríquez Mesa registró el negocio el 28 de noviembre.

Henríquez y Smart Web tienen la clave del fraude, aunque el primero se echó encima toda la culpa ante la misma Superfinanciera. Pero no estaba solo.

En carta fechada 11 de marzo de 2010, Martha Lya Cuervo T., gerente de Smart Web, declaró que su firma autorizó a Henríquez para que negociara las acciones de Fogansa, cada una a valor nominal de 1.614 pesos, pero "no existe constancia documental de la transacción".

En carta del 9 de marzo de 2010, Jorge Luis Ochoa Vásquez anotó que el 29 de diciembre de 2008, en asamblea extraordinaria de Fogansa, Henríquez le ofreció un paquete de 1 millón 548.102 acciones de esta entidad. Eran de la firma Smart Web y acordaron un precio unitario de 1.614 pesos.

El precio declarado por las dos fuentes es falso, pues implica que Smart Web compró huevos y vendió huevos... perdiendo 88 centavos por acción. Pero no fue así. En documento del 28 de octubre de 2010, Álvaro Isaza Upegui, el amigable componedor que ayudó a resolver este lío, señaló que Jorge Luis Ochoa Vásquez le pagó con ganado a Smart Web 1 millón 548.102 acciones, "a razón de 2.000 pesos por acción", lo que arroja un total de 3.096 millones 204.000 pesos.

Eso quiere decir que, en cuestión de un mes, Smart Web obtuvo una ganancia cercana a los 600 millones de pesos, que estaba representada en ganado. Las reses, que fueron recibidas por Henríquez, estaban básicamente en una finca de San José del Nus, propiedad de unos chilenos, que le arriendan la tierra a Fogansa, y en otra de Caucasia, que estaba en extinción de dominio, la manejaba Corpoica y allí se tenía un negocio en participación con Fogansa.

La Junta de esta entidad evitó que esa ganancia se sacara, también ilegalmente, a través de una factura falsa que apareció a favor de un ganadero. La misma fue anulada y el ganado quedó volando. Luego aterrizó en manos de un grupo constructor que, en carta del 10 de marzo de 2010, le solicitó a la gerencia de Fogansa "sus buenos oficios para promover la venta de ganado del Grupo Monarca, el cual se recibió en permuta por inmuebles de nuestra compañía". La carta lleva la firma de Henry Alonso Madrid Gómez, la misma que también aparece estampada en la amigable composición del 28 de octubre de 2010, en la que este empresario actuó como apoderado especial de Terminales y Conectores S.A.S, antes llamada Smart Web S.A.

Mauricio Henríquez Mesa le manifestó a este diario que él le ayudó al Grupo Monarca a estructurar el proyecto de la Planta de Madera de Café, la misma para la cual trabaja en la actualidad consiguiendo materia prima con los caficultores. A esa iniciativa Álvaro Vásquez Osorio le dio todo su respaldo como gerente General del IDEA, comenzando con un crédito de 14.000 millones de pesos aprobado por el mismo Instituto.

Ese círculo se cierra, pero el misterio continúa: ¿Y quién era Smart Web?

"Hombre, no, hasta ahí llego, porque lo que yo hacía era recibir la intención de las firmas de comprar. No ahondaba en quién compraba y quién vendía", le manifestó a este diario Henríquez Mesa. Al insistirle, añadió: "entiendo que era una firma que aparecía con la intención de compra, que después no tuvo con qué pagar las acciones y por eso le cedió el paquete a Jorge Luis". En la misma línea, Álvaro Vásquez Osorio indicó que "con Jorge Luis Ochoa Vásquez se deshizo el negocio, porque nunca se habían pagado las acciones y estas volvieron a Fogansa y se le informó a la Superintendencia. Además, Smart Web nunca había pagado, porque a Smart Web no le pagaron las acciones, nunca fue dueño de las acciones y volvieron a su estado natural".

Evidencias escritas dicen lo contrario. En la decisión del amigable componedor, avalada por el apoderado especial de Smart Web, se lee que la Fundarias "recibió a satisfacción el precio de venta de las acciones" enajenadas a Smart Web.

De PC a pompas fúnebres
Esta firma, metida en un negocio de más de 3.000 millones de pesos, fue creada el 27 de septiembre de 2007, con un capital de 10 millones de pesos. En la escritura pública 2.868, de la Notaría Novena de Medellín, aparecen como accionistas Olga Lucía Zuleta Escobar, John Fredy Vargas Ortiz, John Jairo Sánchez, José Alexander Arango Zapata y Silvana María Miranda Hincapié. Su objeto social va desde la comercialización de máquinas y material relacionado con computadores, hasta la explotación de guarderías infantiles y pompas fúnebres.

Según registros de la Cámara de Comercio de Medellín, el 20 de agosto de 2009 esta firma se transformó de sociedad anónima a Sociedad por Acciones Simplificada (SAS) y pasó a llamarse Terminales y Conectores. Previamente, los cinco accionistas originales, en asamblea extraordinaria realizada el 7 de julio de 2010, nombraron como representante legal a Hernando Fabio Patiño Aristizábal, con cédula 71.720.121 de Medellín, quien al día siguiente aceptó el cargo.

Este ejecutivo, según certificación firmada el pasado 14 de abril por Isabel Cristina Mejía Flórez, directora Operativa de Gestión Humana del IDEA, está vinculado a este Instituto desde el 26 de enero de 2009, "desempeñándose en el cargo de Conductor, con nombramiento provisional, adscrito a la Dirección Administrativa".

Como Vásquez Osorio armó el grupo de inversionistas, pasadas 24 horas de sus primeras declaraciones, se le insistió en la pregunta: ¿Quién le llegó de Smart Web? Ese jueves, 14 de abril de 2011, reveló un secreto que mantenía guardado desde noviembre de 2008: "No, es que de Smart Web no hubo reunión. La cuestión es que yo participé directamente en la compra de 284 millones de pesos, que eran míos, pero que los compré a través de Smart Web".

¿Smart Web es suya?
"No es una firma mía, aunque ya quedé con la sociedad y como es sociedad anónima no aparece todavía el registro de las acciones a nombre mío, porque conseguí una representación desde que vivía en Argentina, de Terminales y Conectores, a través de un amigo que vive allá. Yo dije que esta sociedad que ya estaba paralizada, que se utilizó solamente para la compra de estas acciones, la voy a convertir en un proceso de Terminales y Conectores (la cual reconoce que tampoco ha operado) y ahí fue donde apareció Hernando Fabio Patiño, a quien conozco desde hace muchos años. Le dije: 'venga a trabajar conmigo, recíbame esta sociedad' y él quedó de representante legal. La verdad es que yo, comprometido como estaba con el IDEA, nunca le pude dedicar tiempo a eso y el negocio nunca arrancó".

¿A quién le compró Smart Web?
"La persona no sé el nombre completo. Pero es que además no fue ni siquiera compra, sino cesión, porque no tenía ningún capital y la iban a liquidar. Les dije: 'a mí la sociedad me sirve para hacer eso'".

¿Es una firma que manejaba un billete grande?
"No, cero, porque nunca puso un peso. Lo que iba a hacer era comprar las acciones y venderlas en el negocio que hizo Mauricio Henríquez. Pero Smart Web no tenía un peso. Ahí están todos los balances y toda la información. Era la forma como se pudiera ganar unas acciones a 1.600 y pico de pesos y venderlas a 2.200 pesos. Era simplemente para hacer el puente. Se lo juro por mis cuatro hijos: nunca Smart Web pagó un peso".

¿Entonces quién estaba detrás de Smart Web?
"Yo".

¿Y como empleado del IDEA podía comprar acciones de Fogansa?
"Para Smart Web, o como empleado del IDEA, claro, ¿qué problema había? No tenía ninguna restricción, por tratarse de una sociedad anónima cuya acción cotiza en bolsa. Por qué no consultas con alguien para saber si eso es o no una anomalía, porque si no lo es ¿por qué lo vas a publicar? Es como calumniar, calumniar".

Una respuesta está en los estatutos de Fogansa S.A., que Vásquez Osorio debía respetar como miembro de su Junta Directiva, a la que llegó por ser gerente General del IDEA. El artículo 47 indica que "los administradores de la sociedad no podrán ni por sí ni por interpuesta persona enajenar o adquirir acciones de la misma sociedad mientras estén en ejercicio de sus cargos, si no cuando se trate de operaciones ajenas a motivos de especulación y con autorización de la Junta Directiva, otorgada con el voto favorable de las dos terceras partes de sus miembros, excluido el del solicitante, o de la Asamblea General, con el voto favorable de la mayoría ordinaria prevista en los estatutos, excluido el del solicitante".

En el Código de Comercio y en la Ley 222 de 1995 puede leerse que los administradores infractores serán sancionados con multas, sucesivas o no, de hasta 200 salarios mínimos legales mensuales, que impondrá la Supersociedades, de oficio o a petición de cualquier persona y, además, con la pérdida del cargo.

Ni Vásquez Osorio pidió la autorización ni el resto de la Junta se la dio para negociar acciones de Fogansa directamente ni por interpuesta persona, que en este caso fue una empresa de papel.

Este diario buscó las opiniones de Henry Madrid, Hernando Fabio Patiño y David Esteban Giraldo Parra, sin recibir respuesta de ellos al cierre de la presente edición.

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