El parque natural de Saquianga, en Nariño, se estaría convirtiendo en uno de los sitios preferidos por los narcotraficantes para la construcción de las lanchas go-fast y los semisumergibles con los que llevan la cocaína a través del Océano Pacífico a diferentes puertos de Centroamérica.
Según el comandante de la Fuerza de Tarea contra el Narcotráfico Poseidón, capitán de navío Luis Jorge Tovar , por tratarse de un santuario natural en el que no debe haber ningún tipo de intervención, los grupos ilegales aprovechan para esconder los astilleros.
Pero no sólo utilizan esta zona, también lo hacen en las selvas que rodean al río Yurumanguí, en Buenaventura, donde el 29 de mayo se encontró un semisumergible con capacidad para transportar hasta 5 toneladas de cocaína, y en el Chocó.
Según la Armada Nacional, en 1993 se detectó el primer semisumergible en el país. Desde entonces se han incautado 76 naves de este tipo, de ellos 59 en la zona pacífica. El primer sumergible fue descubierto en febrero de 2011, en Timbiquí, Cauca, y hasta mayo se habían encontrado dos.
¿Cómo los construyen?
En la región del Pacífico, explicó, hacen presencia las Farc y el Eln que se ocupan de los cultivos. Los Rastrojos, en Nariño y Cauca; y los Urabeños, más en el norte (Valle y Chocó) se encargan de la comercialización y el transporte. Buena parte de la droga va a Centroamérica (Honduras, Guatemala o México) y de ahí a Estados Unidos.
"No hay alianzas como tal entre los grupos porque cada uno hace parte diferente de la cadena de producción y se usan entre sí. A veces se presentan muertes en poblaciones del Pacífico de personas que pueden responder a una retaliación por un robo de un cargamento o que informaron de uno", señaló el comandante de la Fuerza de Tarea contra el Narcotráfico.
Para construir un astillero los narcotraficantes, además de escoger un lugar aislado tienen que transportar los materiales necesarios para hacer las naves.
Como se trata de zonas selváticas a las que muchas veces solo se puede entrar por caños o por ríos, los costos de transporte se incrementan. Por ejemplo, para transportar motores y plantas eléctricas que son pesados y pueden hundir las embarcaciones si van por un caño que a veces son de poca profundidad.
De ahí que las inversiones para construir estos medios de transporte son altas: entre 1 y 1,5 millones de dólares para un semisumergible y hasta 2 millones de dólares para un sumergible. En ellos se pueden transportar, según su capacidad, entre 5 y 8 toneladas de cocaína.
Según el capitán Tovar, aunque estas sumas parecen altas, contrastan con los cerca de 29 millones de dólares que pueden "ganar" los narcotraficantes cuando logran vender en el exterior una tonelada de cocaína. El año pasado la Armada Nacional se incautó de 74 toneladas de cocaína. El 33 por ciento eran transportadas en lanchas go-fast y el 17 por ciento en sumergibles y semisumergibles.
"Ellos (los narcotraficantes) hacen cualquier esfuerzo para garantizar que la droga llegue al exterior. Pero así como ellos tratan de innovar con la tecnología que utilizan nosotros hacemos lo mismo con las operaciones", indicó el oficial.
Los insumos, otro problema
Una de las quejas del Gobierno es que los insumos para el procesamiento del clorhidrato de cocaína vienen del exterior. En tres meses, la Fuerza de Tarea contra el narcotráfico se ha incautado de 70.000 galones de insumos líquidos y cerca de 8,5 toneladas de insumos sólidos.
Se trata de productos de uso legal como acetona, éter, cal, gasolina y hasta cemento que a veces se importan legalmente y entran por las fronteras de Ecuador y Panamá, en el caso de los laboratorios que operan en el Pacífico.
A veces llegan por tierra desde Ecuador. En otras ocasiones camuflados en caletas de doble fondos adaptadas en tanques de gasolina o entre las embarcaciones pesqueras. De ahí, la necesidad de fortalecer los controles fronterizos.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6