La decisión de la Fifa frente al caso de Luis Suárez fue rápida, pues no daba tiempo para pensar o remediar una acción que medio mundo repudió.
Las lecciones de moralidad quedaron a luz pública, pues público fue el error cometido por el atacante uruguayo al morder al italiano Giorgio Chiellini.
Aunque el árbitro de aquel compromiso no vio la agresión, el máximo organismo del fútbol se respaldó en la tecnología, mecanismo que ha sido el encargado de ayudar a impartir justicia ante las conductas antideportivas de los jugadores dentro del terreno de juego.
Serán nueve partidos oficiales de sanción y cuatro meses sin poder ejercer funciones en el fútbol para Suárez.
Así, el delantero se sumó a algunos referentes que causaron revuelvo en el fútbol, como el italiano Mauro Tassotti, por su codazo a Luis Enrique en el Mundial de 1994.
Su sanción supera a la deTassotti (7 partidos), pero no la del iraquí Samir Shaker (un año) en México 1986, que escupió al árbitro colombiano Jesús Chucho Díaz en el juego contra Bélgica, en la primera fase.
Como Suárez, Shaker no fue expulsado y fue la Fifa la que actuó de oficio. Es la mayor sanción impuesta por la Federación Internacional hasta el momento.
Para muchos, Colombia es la más beneficiada porque los jugadores no tendrán que neutralizar al atacante en el juego de mañana. Sin embargo, en el seno tricolor pasaron por alto la noticia del día porque no quieren distracciones.
En Uruguay el anuncio fue indignante, y hasta el presidente José Mujica y la ministra de Turismo y Deportes, Liliám Kechichián, analizaron posibilidades para que el país responda oficialmente a la Fifa por la dura sanción al jugador.
"Cuando alguien quiere sancionar algo que se hizo mal, trata de ayudar para que eso se encamine. El hecho de que esté separado del fútbol por cuatro meses, no permitirle entrar a los estadios, no dejarlo entrenar... no creo que haya una historia así antes y hemos visto muchos mundiales", dijo la ministra.
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