Luego de los 90 minutos los equipos no se hicieron daño pese a que ambos estaban en la obligación de ganar los tres puntos. Al final 1-1 entre Boyacá Chicó y Millonarios.
Desde el primer minuto fue Millonarios el que asumió el manejo del juego con el toque en corto y de primera intención de Máyer Candelo, quien se convirtió en el eje de la creación y fue quien buscó de manera insistente a los atacantes Humberto Osorio y Wilberto Cosme.
Entre tanto, Chicó no tenía un hombre que manejara los hilos, que fuera capaz de llevar a su equipo y que buscara la velocidad y potencia de Juan David Pérez y José Erick Correa e el frente de ataque.
El partido se jugó en gran parte en la mitad del campo, se recurría a la marca a presión y en ese tránsito de defensa a ataque sacó algunos réditos el visitante porque fue más seguro en la entrega de la pelota y aprovechó los espacios que le entregaba el sector defensivo local.
Fue tan pobre el volumen ofensivo que ambos equipos lograron crear dos opciones. La visita lo intentó al minuto 13 con Humberto Osorio, y el rival respondió cerrando la primera parte con rebote que ganó Edwin Móvil que pasó suave sobre el palo izquierdo.
Más ataque
En el segundo tiempo ambos equipos se decidieron a buscar el arco. Primero Chicó con un remate de tiro libre de Móvil que pasó cerca del bajante izquierdo. Posteriormente lo hizo el visitante con cabezazo del mismo Osorio.
Sobre los 58 minutos fue Correa, quien abrió el marcador al aprovechar un grosero error del uruguayo Ignacio Iturralde, quien se quedó en el rechazo y le dejó el espacio para que el goleador boyacense acomodara un latigazo a media altura que rompió el marco de Nelson Ramos.
La reacción de la escuadra albiazul no se hizo esperar y prácticamente fue una avalancha sobre la portería ajedrezada. Sin embargo, Boyacá se abroqueló bien y la ansiedad y el desespero se apoderaran de los capitalinos.
Sobre los 90 minutos, después de intentarlo por todas las vías, el elenco embajador consiguió la igualdad en la pizarra a través de Osorio, luego de un centro de Lewis Ochoa. Grave y monumental error del juvenil portero Cristian Bonilla, quien dejó escurrir el balón por entre sus manos para que el goleador capitalino sellara el encuentro.
Un empate que deja a ambos elencos en la cuerda floja, pero que afecta más al local que vuelve a ceder puntos.
