Todo indica que fueron manos criminales las que pusieron ese granito de maldad para que el local de Abimael Orozco se redujera a cenizas.
Según los primeros indicios de los cuerpos de investigación, el incendio en el negocio de este hombre que quiere hacer empresa ardió porque alguien roció gasolina y la prendió.
"Ya había oído rumores de que por acá hay gente inconforme conmigo porque monté una tienda donde vendo barato y un restaurante donde ofrezco precios más cómodos", dijo Abimael sobre los escombros de lo que hasta antier era un montadero de llantas y cambiadero de aceite que precisamente se inauguraría ayer.
El incendio se inició cuando apenas los gallos empezaban a cantar anunciando el amanecer, a las 4:40, y culminó hacia las 7:00 a.m., luego de que a las 6:15 llegaran los bomberos de Sabaneta y La Estrella a apagarlo.
Lo curioso es que la noticia le dio la vuelta al país no por el drama de Abimael sino porque en Caldas, donde ocurrió -en la vía a Amagá, en un local aledaño al restaurante La Mazorca- los bomberos no tuvieron máquinas para acudir al sitio.
Luego se confirmó que hay dos carros, pero ambos están varados y entonces les tocó a los cuerpos de socorro de las localidades vecinas apagar el fuego.
Pero quedaron los interrogantes sobre lo grave que puede ser si se desata un incendio de mayores proporciones, de pronto con vidas humanas comprometidas.
"Lo importante es que el fuego se apagó y no pasó a mayores", dijo Gladys González, comandante del Cuerpo de Bomberos de Caldas.
Una localidad de cerca de 70 mil habitantes no puede seguir con un Cuerpo de Bomberos integrado por hombres con voluntad de hierro, pero sin recursos.
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