Gabo es muchos hombres y muchas mujeres. El viaje a la semilla es una biografía de Cien años de soledad. Esas son dos de las frases concluyentes de Dasso Saldívar en su conversación.
El primer contacto que tuvo con el escritor de Aracataca fue gracias a una recomendación de Fernando Vallejo, el autor de Los días azules, quien fue compañero suyo en el Liceo Antioqueño.
Por qué no te lees una novela de un escritor caribeño que está muy de moda por estos días. Se llama Cien años de soledad. Está llena de imaginación pero es muy realista también, recuerda que le dijo Vallejo, palabras más, palabras menos.
A los días, le hizo caso. Comenzó a leer la novela y, tan pronto atravesó el umbral de entrada, la primera página —que repite de memoria—, quedó deslumbrado por la magistralidad de la narración. Indagó por el autor y se dio cuenta de que, aunque se hablaba mucho, poco se sabía de él.
Uno de sus primeros acercamientos al autor cataquero fue con su hermana Aída García Márquez, de quien pronto supo que era monja y vivía en Copacabana.
Después, hizo el viaje a Aracataca y a muchos pueblos de la costa. Habló con parientes y amigos. No hizo ningún intento de hablar con el personaje central de su biografía. Era un reto, comenta, encontrar alguna documentación sobre Gabo. Solo en una etapa muy adelantada del libro, en Madrid, solicitó a la editora del Nobel, Carmen Balcells, una cita con García Márquez.
"Estás de suerte —le respondió la editora días después—. Gabo no concedió más que dos citas este año y una es para ti". Y le dedicó dos tardes. Las necesitaba para organizar y documentar mejor los primeros años de su vida.
Pero como uno de los temas preferidos de García Márquez era hablar de su infancia, indica Dasso, no resultó difícil poner a hablar a uno de los caribeños más callados del mundo. Después de la publicación El viaje a la semilla, Gabo vivió 14 años más.
¿No le interesa escribir una segunda parte o una edición aumentada?
No, respondió categóricamente el biógrafo. Porque cuando él hizo la investigación para su libro, nada se sabía de Gabo y eran escasos los documentos que podía encontrar. Era un reto. Lo que sucedió después, especialmente después del Premio Nobel, ya todo es de dominio público o está al acceso de cualquiera.
Además, complementó el biógrafo, porque El viaje a la semilla es también la biografía de Cien años de soledad.
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