Seguidores del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, causaron ayer destrozos en ventanales del edificio del Parlamento, mientras en su interior se reanudaron las tareas legislativas tras dos días consecutivos de disturbios en Managua.
Nicaragua está sumida en una crisis institucional debido a la pugna que mantienen el oficialismo y la oposición desde que, en enero de este año, Ortega aprobara un polémico decreto para prorrogar el mandato de funcionarios de varios poderes del Estado, a pesar de que la competencia para ello corresponde al Parlamento.
Los manifestantes orteguistas encapuchados destruyeron los ventanales del costado norte del edificio, cuya fachada está frente a los ministerios de Hacienda y de Crédito Público, mientras el tráfico en los alrededores del Parlamento permaneció interrumpido.
El titular del Legislativo, René Núñez, dijo que conversó con la dirección de la Policía Nacional para que, sin menoscabo del derecho de las personas a manifestarse, garantice el libre acceso de los diputados y periodistas a la sede de la Asamblea, que en los últimos dos días ha estado bloqueada por seguidores de Ortega.
Por los menos cuatro vehículos fueron quemados en los disturbios, mientras que dos periodistas denunciaron agresiones y miembros de la oposición notificaron la retención de 54 personas durante varias horas, asediados por los seguidores de Ortega.
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