Este año está cargado de buenas noticias para los ensambladores y comercializadores de vehículos. Y también para quienes compran o están pensando en comprar un carro para darle solución a sus necesidades de transporte.
Superando todos los pronósticos, que eran positivos, de principios del año, el 2010 se proyecta ya de manera sólida como uno de los mejores años en la historia de venta de vehículos nuevos. Concretamente, como van las cosas, será el segundo mejor año en este indicador.
¿Pero, qué está pasando que el comportamiento del sector se dinamizó tanto?
Ni los más optimistas esperaban a finales del año pasado que las cifras fueran tan contundentes en la recupereación del sector. Algunos apostaban a las 215 mil unidades, pero hoy no son pocos los que señalan que llegar a 230 mil unidades no sería difícil, y en el camino del medio se transan por unas 225 mil unidades de vehículos nuevos de todo tipo.
Como en una confluencia de planetas, varios factores se alinearon para que el optimismo sea hoy la nota predominante en ensambladoras y concesionarios.
Uno fundamental es la confianza. Con las recientes cifras de comportamiento económico, con un producto interno bruto (el indicador que mide el estado de la economía de un país) en recuperación, también la confianza toma vuelo y los consumidores se animan a comprar bienes o servicios.
Financiación a la carta
Otro de los elementos que impulsan este crecimiento pasa por la posibilidad de financiar el carro. En el país más del 75 por ciento de las ventas involucran financiación en algún porcentaje, y como lo señala Carlos Mario Restrepo, gerente general del Grupo Caribe Motor "hoy existe un mayor acompañamiento de las firmas financieras y mayor apertura crediticia". Y la confirmación de esta reducción la tiene Jorge Pérez, gerente de la firma Asesoría Comercial Automotriz, ACA, quien agrega que mientras en enero de 2008 las tasas de interés de crédito de consumo y ordinario estaba en 32,7 por ciento efectivo anual; para el mismo mes de 2010 ya se había reducido a 24,2 por ciento; y en julio pasado se situaba en un 22,4 por ciento promedio.
"Con esas tasas la gente ha preferido entonces destinar su dinero a compra de bienes, antes que al ahorro porque la tasa de rentabilidad ofrecida es igualmente baja", argumenta Carlos Mario Restrepo.
A este ingrediente se mezcla también el hecho de que las alternativas en planes de financiación son variadas y los usuarios prácticamente pueden diseñar a su medida la forma en la que cancelarán el crédito, de acuerdo con su flujo de ingresos actual o proyectado.
El estímulo verde
Y si la reducción en las tasas de interés es un incetivo para la compra de carro, también el comportamiento del tipo de cambio peso-dólar se suma al estímulo y el apetito por tener carro nuevo.
Aquí nuevamente Jorge Enrique Pérez hace memoria y con datos en la mano recuerda cómo la divisa verde se cotizaba en enero de 2007 a 2.200 pesos en promedio. Ya un año después se había desplomado a 1.900 pesos. En enero de 2009 se volvió a subir a los 2.550 pesos y en enero pasado otra vez el carrusel lo llevó a baja a 1.900 pesos y de ahí hasta acá la tendencia ha sido de revaluación con una cotización el pasado 27 de agosto de 1.811 pesos.
"Este comportamiento ha hecho que los precios de los vehículos importados y nacionales (por el CKD que son las partes importadas del vehículo nacional) se haya mantenido aún con el cambio de modelo o hayan bajado, lo que ha dinamizado más la compra de vehículos", señala este experto en materia de comercio de vehículos.
La receta del crecimiento automotriz también está sazonada con el buen sabor que en muchos modelos deja la reducción de sus aranceles de importación. Por ejemplo, los carros provenientes de México. Con el atractivo adicional que el año entrante este impuesto llegá a cero para los autos de dicho origen y, además, la importación queda libre de cupos.
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