Amable lector: Hace poco fui a visitar a la tía Jesusita, se alegró de verme y me dijo que le preocupaban los resultados de las elecciones del domingo anterior. Le respondí que a pesar del escándalo que le hicieron al doctor Zuluaga con el famoso "haker", que a nadie le hizo daño, este superó ampliamente la votación de Juan Manuel Santos.
Me miró con afecto y agregó que precisamente ese era el problema, pues nuestro presidente durante las tres próximas semanas dejará de atender los problemas urgentes de Estado, para dedicarse de lleno con sus amigos a impedir que un hombre del pueblo, ajeno a la dinastía de los Santos y Samper, sea el presidente de Colombia.
Él, como jugador que ha sido, hará hasta lo imposible para no perder la última partida. Me recordó que los impuestos de los contribuyentes, que algunos pagan con la ilusión de que estos recursos sean bien utilizados en beneficio de los más pobres, desde antes pero mucho más en estos días, serán repartidos como pan bendito a cambio de votos.
Continuó la tía diciendo que hace unos meses se derrumbó un edificio en nuestra ciudad, que en palabras simples ocurrió porque las estructuras no tuvieron la solidez para mantenerlo en pie. El proceso de la paz, según ella, que ha sido la bandera del Presidente, con la complacencia del Fiscal y otros más, es evidente que colapsará lo mismo que el edificio Space.
Luego opinó que por más esfuerzos que haga el Fiscal Montealegre, explicando las bondades de la justicia transicional, el común de las gentes no puede comprender que mediante esta figura no se castigue a quienes han actuado con tanta crueldad. Miles de personas, en especial los más pobres, son quienes más han sufrido esta guerra demencial.
Según ella, sería más fácil perdonar al conductor del bus y al pastor, que de alguna manera pudieran tener cierta responsabilidad en la muerte de 33 niños, pues nunca se imaginaron que esta tragedia llegara a ocurrir. En cambio, le parece más peligroso el juego del doctor Juan Manuel Santos con los guerrilleros, con Maduro y sus tenebrosos patrocinadores. Venezuela va al abismo y cuando toque fondo nos hará un enorme daño.
Si los miembros del Congreso que fueron elegidos con los votos de las gentes humildes y sufridas del norte del país, tuvieran al menos un poco de vergüenza, deberían estar presentes en la población de Fundación y pedir perdón por el olvido en que los han mantenido. Ellos son más culpables que el pastor y el conductor.
No olvide que usted y las personas que están cerca con su voto por el doctor Zuluaga, pueden impedir que sigamos caminando hacia la revolución Bolivariana. Su voto es el as de oro, no lo bote.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6