Un gol con el que dos equipos perdieron. Así fue el tanto que en el último minuto anotó Oswaldo Henríquez, que puso un empate 1-1 que eliminó tanto a Envigado como a Millonarios.
Cuando los hinchas naranjas celebraban una victoria, los directivos hacían cuentas para avanzar, y los jugadores tocaban el balón hacia los costados, cayó un empate que se pintó justo, aunque por eso no dejó de ser doloroso.
Henríquez, un hombre que era el cuarto zaguero a comienzos de la temporada para el club bogotano, aprovechó el débil juego aéreo de los naranjas para anotar cuando ya se jugaba el tiempo de reposición.
Fue casi una anécdota el golazo de Camilo Pérez a los 30 minutos del primer tiempo, gracias a una genialidad de Néider Morantes en un cobro de tiro libre. También que Millos debió quedarse con un jugador menos por una agresión de Johny Ramírez al mismo Néider, y que el árbitro José Luis Niño fue más riguroso con la defensa local que con la visitante. Todo pasó a un segundo plano con la eliminación en el último minuto de anoche.
Ambos quedaron sin opción y pensando en la Copa Suramericana. Eso sí, necesitan mejor juego que el de ayer, pues se hicieron el haraquiri, ese suicidio ritual de los samurais japoneses.
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