Por deseo del Papa, el Vaticano publicó este sábado las 55 propuestas aprobadas en el Sínodo que concluyó hoy, en las que se subraya la opción de la Iglesia por los pobres, el reconocimiento del papel de la mujer en el anuncio de la Palabra y la potenciación del diálogo con los judíos y musulmanes.
También se exhorta a mejorar las homilías, se expresa la preocupación por las sectas y se aboga para que la Biblia sea traducida a todas las lenguas, cada cristiano tenga una y se difunda a través de todos los medios de comunicación existentes.
Por segunda vez, Benedicto XVI permitió que se conozcan las propuestas con las que concluyen las asamblea sinodales y que son trasladadas al Papa para que con ellas prepare la Exhortación Apostólica, el documento con el que oficialmente se cierra un Sínodo.
Hasta ahora se mantenían en secreto para permitir al Pontífice libertad de acción, pero en los dos sínodos que se han celebrado en lo que va de Pontificado, Benedicto XVI ha preferido que se conozcan.
En las propuestas aprobadas este sábado por los 253 obispos que asistieron a la XII Asamblea que tuvo como lema "La palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia", los prelados subrayaron que la Palabra de Dios trasciende la Sagrada Escritura, aunque ésta la contiene y señalaron que el conocimiento del Antiguo Testamento es indispensable para quien cree en el Evangelio de Jesucristo.
Diálogo entre religiones
Los obispos resaltaron la predilección de Dios por los pobres, señalando que los primeros que tienen derecho a conocer el Evangelio son los pobres, "necesitados no sólo de pan sino también de palabras de vida.
Las propuestas fueron presentadas por el cardenal de Quebec (Canadá), Marc Ouellet, relator del Sínodo, y del obispo de Petropolis (Brasil), Filippo Santoro, quien destacó la importancia del punto sobre los pobres para la Iglesia de Latinoamérica, precisando que los pobres no son solo los destinatarios de la caridad, "sino también agentes de evangelización, en cuanto están abiertos a Dios y generosos de compartir con los otros.
Santoro señaló que los pastores están llamados "a escuchar y a aprender de ellos, a guiarles en la fe y a motivarles para que sean artífices de su propia historia".
Sobre el diálogo interreligioso, los obispos expresaron la necesidad de potenciarlo, a la vez insistieron en la necesidad de que sea asegurada a todos los creyentes la libertad de profesar la propia religión en privado y en público y reconocida la libertad de conciencia.
Los prelados sugirieron a las conferencias episcopales que promueven encuentros de diálogo con los judíos y con los musulmanes.
Sobre el diálogo con los musulmanes, el Sínodo insistió en la necesidad del "respeto por la vida, de los derechos del hombre y de la mujer, como de la distinción entre el orden socio político y el orden religioso en la promoción de la justicia y la paz en el mundo.
"Tema importante en ese diálogo será la reciprocidad y la libertad de conciencia y de religiones", precisaron los obispos.
El cardenal Ouellet dijo que "el futuro de la humanidad, la paz y la justicia depende de como se entiendan personas de religiones diferentes.
La mujer como transmisora de fe
Sobre las sectas, los obispos expresaron una "profunda preocupación" por el crecimiento y "mutación" de las mismas, "que ofrecen una ilusoria felicidad a través de la Biblia, muchas veces interpretada de manera fundamentalista".
Para contrarrestarlas, propusieron, entre otras, intensificar la actividad pastoral, ayudar los fieles a distinguir la Palabra de Dios de las revelaciones privadas (supuestas apariciones) y a conocer "mejor las características peculiares, las causas y a los promotores de las sectas".
Respecto a la Palabra de Dios y Liturgia, propusieron que la Biblia ocupe un puesto visible en las iglesias, que se potencie el silencio tras la primera y segunda lectura y al final de la homilía y se proclame la palabra de Dios de manera clara "dominando la comunicación".
Sobre la homilía -uno de los temas más tratado en el Sínodo y que según el cardenal Oullet las mala homilía propician que los fieles huyan a otras religiones- insistieron en que deben prepararse en profundidad, teniendo en cuenta lo que dicen las lecturas proclamadas, lo que dicen personalmente al sacerdote y lo que él debe decir a la comunidad teniendo en cuenta el momento.
Los obispos reconocieron el papel de la mujer en el ministerio de la Palabra y como transmisora de la fe, así como las celebraciones de la Palabra, aunque precisaron que hay que evitar que esas celebraciones se confunda con la Liturgia Eucarística.
Los padres sinodales propusieron que se exhorte a todos los fieles, incluidos los jóvenes, a acercarse a la Biblia a través de la "lectio divina", la lectura meditada de las Sagradas Escrituras.
Los prelados subrayaron que la Biblia exige un análisis histórico y literario que se lleva a cabo a través de la exégesis bíblica y que también tiene que ser interpretada con la ayuda del Espíritu Santo, de ahí la necesaria y estrecha relación entre exégesis y teología.
El Sínodo será clausurado el domingo por Benedicto XVI.
