Antes de ingresar a la tribuna, en el pasillo del estadio, se tomaron de las manos, formaron un círculo y oraron. Ernes Valencia, la más entusiasta de la comitiva, quien tenía la camiseta del Medellín puesta, llevó la vocería y pidió por un triunfo del poderoso, por la seguridad de todos los presentes y por los goles de su hijo.
Era inconfundible. La familia del máximo artillero del torneo colombiano, Jackson Martínez, hacía su ingreso triunfal a las graderías de preferencia baja y en su recorrido recibía múltiples manifestaciones de cariño de los aficionados.
"Gracias por traer al mundo a Jackson", dijo un muchacho de rostro resplandeciente por su amor escarlata.
Ernes llegó en compañía de su esposo Orlando, quien tiene la misma cara de su hijo. El hombre, vestido de blanco, en contraste con el color de su piel, se movía orgulloso entre la gente que le pedía posar para una foto.
"Es igualito al hijo", murmuraban los aficionados mientras lo veían pasar y le abrían puesto para que sentara junto a ellos.
A Ernes y a Orlando, quienes llevaron una bandera gigante que hicieron ondear varias veces, los acompañaban las hermanas del jugador, Leidy Yadira y Leicy Yajaira, y el abuelo Salomón Valencia, entre otros.
El anciano dijo de entrada "vamos a ganar" y agregó que, gracias a que atendió todos sus consejos, Jackson es una figura. Tatiana, la novia del artillero, manejó el bajo perfil, aunque recibió uno que otro consejo de los aficionados para retener al goleador.
Más abajo de ellos, la mamá de Luis Carlos Arias, Marleny Cardona, y su sobrina María Tatiana Rodríguez se aferraban a la baranda cada vez que el muchacho de La Unión cogía el balón. Y arriba, en preferencia alta, el combo de Copacabana con la familia de Samuel Vanegas disfrutó con entusiasmo y alegría el título del poderoso.
Pico y Placa Medellín
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