Entre ellos, todo es una sola risa. La alegría los invade y tienen la razón de estar así, pues se trata de los campeones panamericanos de pista en su salsa.
Entre ellos hay campeones mundiales, medallistas olímpicas y los integrantes de una cuarteta que obliga al ¡uff! de sus rivales.
En estos días previos al Campeonato Panamericano de Ciclismo de pista y ruta, ellos han estado en el paraíso; un sitio genial, lejos de la congestionada Medellín, pero muy cerca del templo de la bicicleta, el velódromo Martín Cochise Rodríguez.
Se nota a leguas que ellos llevan mucho tiempo compartiendo. Hay empatía en este grupo en el que José Julián Velásquez hace las veces de técnico, consejero, psicólogo, médico y mucho más.
Una quebrada, a 50 metros de la bella casa que hay más allá del Colegio Vermont, en el alto de Carrizales, es de lo poco que se escucha en un precioso lugar que está apenas cuadras de la casa de la campeona mundial y medallista olímpica María Luisa Calle.
El campeón mundial Edwin Ávila, con su acostumbrada jocosidad, es el encargado de poner la nota guapachosa dentro del grupo de semifondistas. Pero tampoco se le quedan atrás Weimar Roldán y Carlos Urán, mientras que Juan Esteban Arango y Arles Castro siguen la corriente.
Es otra forma de concentración, no la del hotel convencional, a la que nunca había ingresado un medio de comunicación, para conocer cómo conviven varios de los mejores pisteros panamericanos, esos encargados de infundir respeto a donde quiera que van.
Los muchachos duermen solos allí, mientras que María Luisa les hace visita a ratos, para saber si algo les falta.
Allí comen, duermen y descansan, lejos del mundanal ruido, con la mente puesta en el Panamericano y más allá, porque el sueño es llegar a la Olimpiada de Londres.
"Aquí somos felices, porque se puede descansar y compartir como si estuviéramos en familia", es la expresión de Ávila, quien estrenará su camiseta arcoiris que logró en el Mundial de Holanda.
Los "hijos" del Chivo Velásquez se notan listos, sobre todo María Luisa, a quien le sobran impulsos en este Panamericano que vive "día a día" y con la ilusión de ir a Londres el año entrante.
Para fortuna del elenco, en el alto de Carrizales toman aire y fondo, porque alegría y optimismo les sobra.
Pico y Placa Medellín
viernes
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