Además del obvio interés que generaba el retorno de una marca como Fiat al mercado automotor colombiano, por la oferta de productos que traía, su arribo también estuvo marcado por la expectativa de que en su desembarco, la firma italiana trajera una de sus más preciadas y recientes joyas. Ni más ni menos que el Fiat 500 o Cinquecento.
Este es un vehículo que reinterpreta en la vanguardia uno de los íconos del mundo del automóvil, el 500, un pequeño vehículo que en las décadas del 50 y 60 se convirtió en uno de los más populares carros citadinos en todo el mundo.
Aunque se lanzó hace dos años en el mundo, la ausencia de Fiat en el país había privado a los gomosos de tenerlo cerca y manejarlo. Ahora está aquí y llama la atención.
Colitalia trae dos versiones. Una versión con motor de 1.300 centímetros cúbicos y 69 caballos de potencia. Y la versión top del modelo con 1.400 centímetros cúbicos y 100 caballos de potencia.
EL COLOMBIANO tuvo la oportunidad de probar en días recientes la máquina con el motor de 1.4 litros y 100 caballos.
Su interior ofrece una mezcla retro y de vanguardia que se destaca. Interesante el diseño de sus relojes concéntricos para las rpm, velocidad e indicador de combustible y computador. Al principio puede confundir, pero con el tiempo se acostumbra el conductor.
En su tablero trae aplicación metálica del color de la carrocería.
También destacable la posición de la barra de cambios, muy ergonómica.
Su diseño permite la acomodación de 4 personas.
Si quiere sacarle el jugo a la máquina prepárese para caminar con el tacómetro marcando revoluciones por encima de las 3.500 vueltas del motor. Es ágil en su desempeño, aunque un poquito más de picante sería más agradable. Su suspensión es bastante rígida y llevado a fondo muestra algo de subviraje aunque actúan bien sus sistemas de control de tracción y estabilidad.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
