Que hicieron rifas. Que vendieron postres. Que ahorraron. E incluso, algunas otras personas que nada tenían que ver con el equipo de fútbol sub14 del barrio Antonio Nariño, en la comuna 13, aportaron para que se hiciera realidad el sueño de esos chiquillos de jugar un torneo de amistad en E.U. Pero, a la vez, para que casi todos supieran lo que es montar en un avión y, claro, conocer ese país del que tanto les habían hablado.
El trabajo mancomunado de padres de familia, de la Acción Comunal, de los niños y de los entrenadores, resultó positivo. Merece, mínimo, un aplauso. Y el reconocimiento de toda la ciudad que ve en ellos un ejemplo de solidaridad y superación. Es que no todo en nuestras comunas es malo. Como dijeron los protagonistas: "somos más los buenos".
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