El Gobierno de Bolivia dijo ayer que logró abortar un plan de magnicidio, al abatir a tres supuestos mercenarios internacionales y detener a otros dos en una operación que acrecentó la tensión política en el país, que se apresta a un nuevo proceso electoral.
El complot, cuyo blanco principal sería el presidente izquierdista Evo Morales, fue develado por autoridades luego de un cruento choque el miércoles entre fuerzas policiales y supuestos "terroristas" en Santa Cruz, bastión de la oposición.
Cadenas de radio y televisión dijeron que los tres supuestos terroristas muertos eran un rumano, un irlandés y un boliviano, y que los dos detenidos eran un húngaro y un boliviano, aunque un informe policial inicial mencionó a dos húngaros muertos.
Sectores de la oposición se apresuraron a deslindar conexión con los supuestos terroristas y denunciaron un presunto "montaje".
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