Numerosas oraciones se realizaron ayer en Haití para despedir a los muertos y hacer votos por la reconstrucción, un mes después del terremoto del 12 de enero.
La nación vivió una jornada de luto que incluyó un llamamiento del presidente, René Preval, a emprender el camino de la reconstrucción.
"Sequemos nuestras lágrimas para poder reconstruir Haití", dijo el mandatario, quien invitó a su pueblo a enterrar a los muertos "con dignidad" y a tener "coraje".
El terremoto de 7 grados Richter marcó un antes y un después en el país más pobre de América, donde ya se cuentan 217.000 muertos y un millón damnificados.
Fedner, un hombre de mediana edad que seguía una de las ceremonias religiosas en una camioneta junto a dos amigos, consideró que el día quedará por siempre en el recuerdo.
"Hoy es un día que permanecerá en nuestro pensamiento", subrayó. Bertrand, su compañero, dijo que la conmemoración no reemplazará los actos fúnebres que no pudo celebrar para despedir a los familiares que perdió: dos hermanos, una hermana, una tía y un sobrino.
Criticado por sectores que consideran que no mostró liderazgo tras la catástrofe, el presidente Préval indicó que su respuesta es "seguir con las diligencias para buscar socorro en el extranjero".
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