La brújula de la diplomacia de Estados Unidos ya apunta hacia el sur. Y Colombia es un punto cardinal de la mayor importancia para Washington.
La visita oficial del Vicepresidente Joe Biden, quien ayer se reunió con el Presidente Juan Manuel Santos, confirma el nuevo escenario de las relaciones entre ambos países. La desnarcotización de la agenda entre Colombia y Estados Unidos no es un hecho nuevo, pero sí cada vez más progresivo, dados los inocultables avances de nuestro país en la lucha contra el narcotráfico.
En buena hora, el país se ha desmarcado de la injusta estigmatización que sufrió en la década de los 90, cuando éramos un referente de droga y violencia.
No hemos superado del todo esos flagelos, pero tampoco nos hemos quedado en el oscuro pasado. Ahora hay una agenda comercial, de cooperación y fortalecimiento institucional mucho más amplia y ya no somos un "convidado de piedra" en los foros internacionales, sino un protagonista de primer orden en el hemisferio.
No sólo la visita del Vicepresidente Biden lo confirma, sino la presencia en nuestro territorio de líderes de otras latitudes que encontraron en el país un socio de lujo para superar dificultades.
Si es cierto, como creemos que lo es, que esta será la década de América Latina, Colombia tendrá un papel protagónico en ella. Nuestro país está en el radar, no de los narcos, sino de la cooperación internacional.
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