A duras penas llega al metro y 55 centímetros de estatura. Y así, fácil es pensar que es el más pequeño de los levantadores de pesas de élite en Colombia.
Para él, sin embargo, esa baja estatura no es problema. La potencia que tiene es grande, aunque, pese a ser una especie de Hércules -héroe mitológico griego que poseía gran fuerza-, John Jairo Serna Mendoza considera que no es el de mayor fortaleza de una de las divisiones más livianas de la halterofilia: los 56 kilos.
El más chico sí, pero uno de los más exitosos no obstante su cortísima carrera en el deporte de los hierros ya que en su haber tiene títulos nacionales, continentales y hasta mundiales, el más reciente de ellos logrado en Perú, dos años atrás, cuando ganó las dos preseas de oro y una de bronce. "Pero no es que sea el más chiquito porque practico las pesas, eso es un tabú. Lo mío viene de familia, mis padres son bajitos", cuenta. "Igual, no me siento un Sansón o un Hércules, soy una persona que puede lograr lo que quiere con disciplina, con positivismo. En esto no todo es tener fuerza bruta, es tener técnica en los movimientos y una memoria muscular, no la superfuerza".
Y así, Serna es hoy uno de los buenos halteros del país y el primero en subir a la tarima mañana, en el arranque del Panamericano en Medellín.
Serio, poco dado a ser sociable, como él lo reconoce, se considera un buen lector. Le apasionan tanto los libros que en los recreos, cuando estaba en el colegio, mientras sus compañeros se dedicaban a patear los balones, él se iba para un rincón a consumir páginas de cuanto libro terminara en sus manos.
Y aunque las pesas le comienzan a dar reconocimiento y algo de dinero para sostener sus principales necesidades, John Jairo no quiere quedarse ahí: "quiero empezar con el inglés y luego estudiar Fisioterapia o Español y Literatura", dos pasiones que espera concretar en un futuro cercano. Por lo pronto su anhelo es coronarse campeón panamericano.
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