Juan Pablo Agudelo Galeano, un niño del barrio Horizontes de Rionegro, marcó ayer su mejor gol de los seis que acumula en la final del festival Ponyfútbol y que lo tienen en el liderato entre todos los artilleros.
Y es que esa anotación, independiente de su factura, resultó muy valiosa: contribuyó al triunfo 2-0 de su elenco sobre Ciudad Central de Bogotá, para darle el tiquete a los octavos de final.
Sus padres, Óscar Agudelo (empleado de la Nacional de Chocolates) y Luz Dary Galeano (comerciante), su hermanito Santiago (de cuatro años) y otros familiares y vecinos estaban en las tribunas de la cancha Marte, hasta donde llegó la dedicatoria del muchacho de uniforme blanco y rojo.
"El partido estaba muy cerrado y el gol sirvió para avanzar y seguir pensando en llegar a la final", comentó emocionado Juan Pablo, al final del compromiso.
La experiencia que vive hoy lo hace soñar con el fútbol profesional, pero sabe que falta mucho camino por recorrer y no puede dejar al lado la academia, en la que también sobresale en matemáticas, español y educación física.
Inclusive, ayer mismo empezó a preparar el regreso a clases en el colegio de la Universidad Católica, donde este año cursará séptimo grado.
Conservar el liderato de goleador y dar la vuelta olímpica en el templo sagrado del fútbol aficionado de Antioquia, la cancha Marte 1, ocupan por estos días la mente de Juan Pablo, quien seguramente deberá pedir permiso en el colegio para seguir demostrando las bondades futbolísticas que descubrieron en él sus entrenadores, entre ellos Octavio Heno, quien lo dirige en el Pony.
Los primeros 16 equipos que aseguraron casillas en la rama masculina fueron: El Faro de Meta, Urbanización La Princesa de Cartagena, Itagüí, Colegio Calasanz de Pereira, barrio La Esperanza, El Poderoso, El Nacional, Envigado, Santa Cruz parte Baja, Andes, Rionegro y Sabaneta, que goleó 6-0 a Bosa.
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